12. La propuesta parte II.

956 81 94
                                    

Liam Connor.

Después de que sale Alison, siento un ligero ardor en mi labio inferior, utilizo la pantalla de mi celular y noto mi labio hinchado. Esa maldita loca me mordió fuerte. Creo que es hora de irme, esta fiesta solo ha sido un dolor de cabeza, solo he visto gente hablando de política, negocios y moda y mi cabeza solo está interesada en hablar de cuánto tiempo de vida les voy a dar a cada uno. La única alegría que siento es que en una semana o dos dejaré la ciudad y continuaré con mis víctimas en tierras lejanas.

Bajo las escaleras hasta el primer piso en busca de algo para mi labio, pero escucho una conversación entre el Sr. Murphy y su esclavo dentro de una habitación cerca a la cocina:

—No puedes dejar ir a la hija de William, no quiero fracasos, Logan. Demuestra que eres un Murphy. —suena furioso.

—Lo haré, ella estará bajo mi control. Pero, ¿tú si crees que al casarme con ella, la fortuna será nuestra?

—No seas idiota Logan, a veces parece que no fueras mi hijo. La única heredera que queda de los Campbell es Alison, es la más fácil de dominar y pronto recibirá su parte de la fortuna.

Vaya, vaya, tenemos una pequeña reunión de ratas. Parece que las propuestas de los Murphy tienen sus beneficios personales incluidos. En este lugar solo hay gente falsa con la que me divertiré.

—Si sabes que ella sólo aceptó por cortesía, en cualquier momento todo terminaría. —escucho un pequeño golpe.

—Deja de ser un maricón, tienes que fingir lo enamorado que estás de ella, así ella seguirá contigo y por tu bien espero que no se te escape de las manos. Tu hermano me defraudó y bien sabes cómo le fue, ¿quieres eso para ti?

—No.

—No, ¿Qué?

—No señor.

Al escuchar cómo termina la conversación, busco en la cocina un trozo de hielo y lo coloco en mi labio, cuando salen los Murphy me miran igual que yo.

—¿Estás bien? —pregunta el Sr. Murphy.

—Sí, solo me golpeé el labio, cosas menores.

—Oh, ¿necesitas algo?

—No, pero gracias. —intento sonar agradable, ocultando mi deseo de tomar el cuchillo de la cocina y hacer una propuesta de a quién más dedos le quite, gana.

Los dos se despiden al igual que yo de la fiesta. No me voy a quedar ni un segundo más en esta fiesta de mierda. Salgo por la entrada principal buscando mi Bugatti La Voiture Noire, pero lo único que encuentro es una chica llorando y a otra idiota abrazándola. Alison está consolando a la hija de Galban, pobre. Qué modesto soy "pobre" como si realmente sintiera lástima por ella.

La hija de Galban me ve y se apena, por cortesía me acerco a ellas y trato de averiguar qué está pasando.

—¿Algo pasó? —pregunto, aunque solo espero una respuesta estúpida como: "cosas de chicas" o "recordó a su padre" aunque sería divertido.

Alison me mira enojada y es una verdadera rabia, como si quisiera matarme. Levanta la mano y me muestra una foto que tiene en la mano.

Cuando veo la foto mi diversión desaparece, la tomo de sus manos y analizo lo que veo. Es una foto de Galban llena de pintura roja que aparenta ser sangre, cuando la giro veo el mensaje que contiene "Nadie está a salvo. Espero que lo entiendas. Fuego" "Atentamente: el asesino de Steven"

Alison abraza a la hija de Galban de nuevo mientras su expresión contra mí es fría. No entiendo qué carajos pasa, suelo jugar con mis víctimas, pero no hice esto, nunca habría puesto pintura, yo pondría sangre de verdad. ¿Fuego? Esto debe ser una broma, nadie sabe que soy yo.

IAN - [Todos tienen su lado oscuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora