Extra: Primitos.

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Eliot.

Al salir de la casa de Liam, decido ir por Angelica. No la voy a traer, ni la voy a acercar a Liam, no se lo merece. Solo voy a hablar con ella sobre la foto.

Tomo un taxi hasta su edificio, fue fácil rastrearla y conocer sus cosas. Simplemente ingrese en sus cuentas y verifique sus transacciones de un departamento en un edificio del centro de la ciudad.

—Disculpe, estoy buscando a la Sra. Dixon. —le comento coquetamente a la recepcionista y ella sonríe acomodándose el cabello.

—¿Quién lo está buscando? —pregunta amablemente antes de llamar.

—Liam Connor. —ella asiente y marca a su departamento.

—¿Disculpe Sra. Dixon? Un caballero la está buscando ... Liam Connor ... está bien, buenos días. —cuelga la llamada y centra su atención en mí—. La Sra. Dixon lo está esperando; cuarto piso, departamento 102.

—Muchas gracias hermosa —le guiño un ojo, sonriendo—. Que tengas un lindo día.

—Igualmente, Sr. Connor.

Tomo el ascensor y subo al cuarto piso, busco el número 102 y toco el timbre, no pasa ni un minuto, cuando Angélica abre la puerta sonriendo. Al darse cuenta de que soy yo, su sonrisa desaparece y me mira confundida.

—¿No te alegra verme? —paso junto a ella hasta entrar en el departamento.

—¿Qué quieres? —pregunta, cerrando la puerta.

—La pregunta correcta es: ¿qué quieres tú?

—Deja tus juegos, Eliot.

—No estoy jugando, lo digo en serio. ¿Por qué enviaste esa foto?

—¿Foto? ¿Qué foto?

—No finjas, sé que lo hiciste para vengarte de Liam. No puedo creer que quieras que todos sepan lo que es, eres tan egoísta.

—¿Vengarme?, ¿Egoísta? Si te estás escuchando a ti mismo Eliot, nunca has dejado de ser un hijo de puta, y pensé que Liam era el peor de ustedes.

Sonrío y me siento en uno de los muebles.

—Liam es mil veces peor, ¿o no? —me burlo.

—No es su culpa.

—Pero eso no cambia lo que es, Liam seguiría siendo un maldito incluso sin las voces. Por eso quiero que lo dejes, no lo busques, sabes bien de su inestabilidad.

—Eres como el traficante de drogas de tu padre, todos están cortados con las mismas tijeras —se sienta en los muebles frente a mí—. No lo buscaré, pero ...

—Pero, ¿Qué?

—Pero lo seguiré viendo.

No puedo evitar reírme.

—Qué masoquista, pero como quieras, es problema tuyo, no mío. De todos modos se irá de aquí pronto.

Ella se ríe un poco.

—Como si él te obedeciera.

—Lo hará, solo se quedó un poco más por ti.

Vuelve a reír.

—¿Por mi? Qué idiota eres —se levanta—, él sé quedó por otra persona, a mi no me quiere ni ver. Aunque no culpo a la chica, Liam es muy guapo. —sonríe con tristeza y pongo los ojos en blanco.

—Deja a ese infeliz quieto y sobre la chica ¿quién es la miserable?

—Descúbrelo por ti mismo —camina hacia la puerta y la abre—. Saluda a tu bebé de mi parte, me enteré que hace unos días nació, aunque la madre desapareció.

IAN - [Todos tienen su lado oscuro] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora