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Mis ojos recorren su cuerpo desnudo cuando entro a la ducha, me doy cuenta del pequeño moretón en su abdomen recordándome lo que pasó hace dos días, su mano viaja hasta mi nuca para poder besarme.

Efectivamente cuando desfloras a una virgen son adictas al sexo.

—Salgamos de la ducha—ordene, tomándola de la mano.

Soy el primero en salir para cerrar la puerta de mi habitación con pestillo, veo a Blue observarme en el centro de la habitación, vuelvo hacia ella para lanzarla sobre la cama poniéndola de espaldas.

Qué maravilla.

—No grites tan fuerte—digo.

Entre en ella y soltó un gemido, Dios, si, esto era lo que estaba buscando. Di una estocada y mi nombre salió de su boca, la toma de las caderas para seguir con mis movimientos.

Quejido, tras quejido, tras quejido.

Sus gemidos eran música para mi oídos, salgo de ella y la volteo para acomodarme entre sus piernas, esta sonrojada y su respiración hecha un desastre pero aún así no me detengo.

Tenerla era mi pasatiempo favorito.

—Quie-Quiero besarte—jadea.

Me acerco a ella para que pueda hacerlo, disminuyo mis movimientos cuando sus uñas se clavan en mi espalda, no quería que le doliera, sin embargo me encantaría darle duro.

—Eres preciosa, Blue—mi boca viaja hacia uno de sus pechos.

Y automáticamente su mano izquierda aprieta mi cabello dejando que escapar un gruñido de mi garganta.

—Más rápido, joder—se queja.

No dudo en complacerla, mi bar boca ahora viaja hasta su cuello para morder su parte sensible y volvió a gemir. Ella no era ruidosa, es como si estuviese gimiendo solo para mi, para nosotros.

Observo como muerde su labio, avisándome que está apunto de llegar aumento la velocidad de mis estocadas deleitándome con sus expresiones faciales. Gruñí cuando sentí que sus paredes se contrajeron alrededor de mi.

Arquea su espalda reprimiendo un gemido antes de  dejarse caer exhausta, doy un par de estocadas más antes de venirme.

—Feliz cumpleaños—dice finalmente cuando salgo de ella para tumbarme a su lado.

—Bueno, de todos los regalos de cumpleaños, este es el mejor—resople.

La puerta de entrada sonó, lo cual se me hizo extraño ya que Claire y mis hermanos tienen una llave,—Iré a ver quien es.

Blue asiente, tome un bóxer de suelo y camine fuera de la habitación. Camino por el pasillo cuando la puerta volvió a sonar, mire rápidamente la sala donde las decoraciones aún están colgadas, abrí la puerta y me quede sin palabras.

—Dios, tenía tanto miedo de que no siguieras viviendo aquí—me sonríe.— Feliz cumpleaños, te traje un pastel.

Miro al pasillo antes de regresar a ella,—Bianca ¿Qué haces aquí?

—Es tradición nuestra, pastel de cumpleaños y películas—dice entrando a mi departamento.— Espero que los chicos estén..

El chico de al lado ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora