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Eric Moore.

¿Ya les dije que soy un tremendo idiota? Pues si no se los dije, lo soy. Jamás debí hablarle así a mi chica, tiene cancer ¿En que carajos estaba pensando?

Tengo conflictos.

—Oye tu—señaló al bartender.— dame otro trago.

—Es la tercera botella de tequila que llevas, amigo ¿Qué te tiene así?—pregunta sirviendo el licor en mi vaso.

—Mi novia tiene cancer—me rio.— ¿Puedes creerlo? Y prefirió decirle al chico con el que quiso olvidarme cuando me largue a Australia y no a mi.

—Creo que ya bebiste demasiado—intenta quitarme el vaso pero se lo arrebate rápidamente.

—Soy un excelente novio—hipe.— Le cumplo cuando tiene ganas, soy jodidamente guapo ¿Y aun así no puede decirme que tiene cancer? Eso apesta amigo.

—Pues quizás tuvo sus razones, ¿no lo crees?

—¿Cuales serían sus razones?—alce una ceja.

—Pues, no lo se amigo. Ojalá todos pensáramos como ellas, tienes que hablarle, ¿la vas a dejar sola?

—Por supuesto que no—y me bebo mi tequila.— Si ella se muere, me voy a la mierda. Dame otro.

Vuelve a servirme,—¿Por eso estás molesto? ¿Si ella muere la culparas?

Sonrió,—Mis jodidos padres y mi hermano murieron el año pasado. Si ella me deja yo..

Trato de que el sollozo atravesado en mi garganta que me amenaza en salir, no lo haga.

—Ella es mi mundo, hermano—admití.— Y la adoro con mi puta vida.

—Estas jodidamente enamorado—me sonríe.— ¿La amas?

—Creo que—

—¿Crees? Hermano, hablas de ella como si fuese una puta diosa—se apoya en la mesa del bar.— los idiotas que vienen no hablan de sus chicas como lo haces tú con ella. La amas y por eso estas enojado con ella y contigo mismo.

¿La amo?

Oh mierda.

Iba abrir mi boca para decir algo pero mi teléfono sonó, por vigésima vez en la noche con su nombre en la pantalla.

—¿No vas a contestarle?

Lo miro,—¿Tú que crees?

El niega con la cabeza en desaprobación,—Estas muy mal.

Bufé quitándole la botella de tequila, seguí bebiendo y no me percaté que no tenía mi teléfono hasta que vi a mi amigo Kevin con el en la oreja.

—Amigo, deberías escuchar esto.

"—Solo déjame escucharte para saber si estás bien—pausa.— Por favor, no me dejes sola ahora, te necesito."

—¿Vas a seguir culpándola por tener cancer y beber hasta morir o vas a ir a verla?—alza una ceja.

—Al Diablo, voy a verla—me levanto.

—¡Oye! Yo te llevo, estás demasiado ebrio como para caminar.

Ambos salimos del bar, una vez que Kevin dijo que lo cubran porque tenía que hacer algo importante. Me subí a su camioneta para dirigirnos al hospital.

—Gracias por darte cuenta, ibas a terminarme las botellas de tequila si seguías bebiendo—se ríe arrancando el auto.

Veo la hora en el celular 2:45AM. Dios mío, he bebido desde la tarde y me muero de hambre, no me gusta comer en el hospital porque la comida es asquerosa.

El chico de al lado ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora