Capítulo 03

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BLUE

Mañana del jueves, estaba apresurándome en salir de mi habitación con el móvil en la mano mientras me ponía mi zapato derecho. La alarma de mi móvil no había soñada y resulta que lo puse en cronómetro antes de acostarme a dormir.

—¡Suerte en tu primer día! —dice papá cuando abandoné el departamento.

Corrí al ascensor y presionó el botón varías veces. Voy tarde, voy tarde, voy tarde, voy tarde.

—¿Qué crees qué haces? —la voz de mi vecino suena a mi lado.

Todos ellos eran apuestos, y acabo de enterarme que dos de ellos son gemelos. Joder.

El que está a mi lado es el mayor de todos, por lo que según se, aunque no parece que fuese el mayor. Y el que resulta que está al otro lado de la pared de mi Habitación

—Espero el ascensor —lo señaló algo obvia.

—Tienes que presionarlo una vez.

—Voy tarde.

El solo asiente y se balancea sobre sus talones esperando el ascensor, me desespero ya que no veo los números marcándose para saber si esta subiendo o bajando.

—Dale un minuto, mocosa.

«Mocosa» ¿En serio se atrevió a llamarme así?

—No tengo un minuto —digo caminando hacia donde están las escaleras, ignorándolo por completo.

—¿Bajarás diez pisos? —dice riendo.

—Cállate.

Abrí la puerta y baje corriendo diez pisos -Fue una muy mala idea- casi teniendo un infarto logró salir al living, donde observo a mi vecino salir del ascensor mientras se despide de mi tía Claire.

Lo odio.

—Ay Blue, ¿haciendo ejercicio en las escaleras?—mi tía me sonríe.

Niego con la cabeza dándole una mirada asesina, salgo del edificio y camino hasta la parada de autobuses observo la guía de líneas y rutas que tiene, sonrió al ver el bus de la universidad.

Me subí y busque un asiento libre, la sonrisa se borro de mi rostro cuando veo a mi vecino en la parte de atrás.

Genial.

Camino hasta donde está sentándome en el asiento que está frente a él, este ríe y su cabeza se hace presente en el lado derecho de mi asiento.

—Así que, estás en mi universidad —dice haciendo que lo mire.

—Haré como si no estuvieras aquí —digo empujando su cara hacia atrás.

—No toques mi rostro —dice frunciendo el ceño.— Y es imposible que hagas eso porque tendremos que vernos todos los días en este autobús, Mocosa.

—Cierra el pico.

Vuelve a reír, lo ignoro el resto del camino hasta la universidad me baje del autobús con mi vecino pisándome los talones.

El chico de al lado ©.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora