El chico de al lado ©.

055

—¿Tienes cancer?—pregunto, por segunda vez en la tarde.

Asiento, el castaño frente a mi lleva las manos a su rostros representando frustración.

—¿Y el lo sabe?

—No.

—Oh Blue—jadea mirándome.—¿Por qué no se lo dijiste?

—Eres la primera persona a quien se lo digo.

—Mucho más mierda—se levanta.— Dios Blue, debes decírselo.

—No se como decirle—susurre.— Evan, esto es tan confuso.

El niega varias veces con la cabeza, antes de arrodillarse frente a mi, tomando mi mejilla en su mano izquierda.

—Pequeña, no quiero..—pausa.— ninguno de nosotros quiere perderte. Levanta ese trasero, vamos a decirle a Moore.

—No, se lo dire cuando no tenga cancer—fruncí el ceño.

—¿Y cuando estés muerta podrías decírselo?—Escupe.

Solté un grito frustración antes de comenzar a llorar, hablar en la habitación de Evan fue una mala idea, lo oigo suspirar antes de envolverme en sus brazos pidiéndome disculpas por aquel comentario.

—¿Qué harás cuando se te comience a caer el cabello?—pregunta y niego.

No se, realmente no sabia absolutamente nada. Y tenía mucho miedo.

—¿Por qué quisiste decírmelo a mi antes que a él?

Suspire, realmente tampoco lo sabia.

Supongo que, Evan era alguien con quien podía contarle las cosas sin tener que escuchar gritos, Eric había pasado por tanto en el ultimo año y por fin estaba siendo feliz.

Feliz conmigo. No quiero quitarle eso.

Lo quiero.

Lo amo.

—Evan se que te herí, pero quiero que sepas que eres un magnífico chico—susurre rompiendo el abrazo.

—Pues no tan magnifico para que me elijas a mi pero, tú también eres alguien maravillosa—sonríe.— Y por eso no puedes ocultarle esto a nadie, peormente a tu..

—Novio.

—Si, tu novio—suspira.— Piénsalo, ¿de acuerdo?

Asiento.

—Te llevaré al edificio.

Al volver, sentí un dolor en la cabeza bastante fuerte pero no le quise prestar atención cuando Evan dijo que estaría pendiente en todo, en lo que el pudiese ayudar. Subí al ascensor y presione mi piso mientras veía mis uñas.

Una vez que las puertas se abrieron, me sentí mareada que tuve que apoyarme en la pared con mi mano derecha, sacudí mi cabeza para poder dar otro paso en mi caminar.

Pero todo se volvió negro.

Eric Moore.

Irse.

Ja, primero programa una cita y luego se va. ¿Quién se cree esa pequeña bastarda? Ella me va a oír cuando llegue.

Dios, me siento tan idiota.

¿Qué carajos me hizo esa chica?

Gruñí saliendo de mi habitación, supongo que debería estar en casa ahora. Veo a mis hermanos pelear por quien sigue en la consola de videojuegos antes de salir del departamento, tomo mi celular marcándole a mi novia