Leah.
Mis padres ni siquiera notaron que dormí en casa anoche, cuando llegué estaban dormidos y me fui directo a la habitación sin hacer nada de ruido. Me había dado un dolor de cabeza profundo que no me dejaba dormir además de no parar de pensar en Aaron. Le creo y confío en él, pero la muy zorra de Kelly no paraba de destilar veneno por esa boca y me llené de rabia, necesitaba estar sola para pensar y no decir cosas que no debería.
Aaron me llamó unas cinco veces cuando venía de camino a casa pero preferí no contestar. Estaba aún con los efectos del enojo en mi cuerpo y podía arruinarlo aún más, así que opté por hablar con él en la mañana. Lo bueno es que había algo de ropa en mi antiguo closet, así que me di una ducha y me vestí con unos pantalones holgados y un crop top con un pequeño nudo en el centro que subía haciendo que se me viera un poco el estómago, me coloqué unos tenis y me hice una cola de caballo. Mientras bajo las escaleras llamo a Hailey que me contesta al instante.
—Hailey. Buen día. ¿Cómo estás?
—¡Buen día, Leah! —Responde de muy buen humor. —¡Estoy de maravilla! Ya voy llegando al trabajo, disculpa que me he tardado.
Río.
—Descuida, te he llamado para decirte que no iré a trabajar hoy. Tengo unos asuntos algo importantes que resolver hoy. Por favor, encárgate de cualquier cosa y déjame saber si ocurre algo importante.
—Por supuesto, no te preocupes. ¿Está todo bien? Te escucho muy apagada.
Suspiro y me detengo al término de la escalera.
—He tenido una discusión anoche con Aaron y me he quedado en casa de mis padres, aunque ese no es el problema. La verdad es que necesito hacer un par de cosas referente a los bienes de Jojo y otras las cuales la curiosidad me va a terminar matando.
—Se escucha como algo grave. Ten cuidado Leah, llámame cualquier cosa. ¿Vale?
Sonrío y asiento.
—Vale, te quiero. Y que sepas que no se me olvida que tienes que hablarme como estuvo tu cita, que pronosticando por tu estado de ánimo hoy supongo que ha ido de maravilla.
Ella ríe.
—Solo te diré que Alexander Peterson cada vez me gusta un poco más. Pero ya sabes, me ando con cuidado. Luego te cuento. No te preocupes por la oficina, yo me encargo. Yo también te quiero.
Mi amiga está enamorándose de Alexander y no sé si sentirme feliz o preocupada por este hecho. Cuelgo la llamada y camino hacia la cocina en donde se encuentra mi madre haciendo el desayuno. Al verme se sorprende y sonríe enormemente. Me acerco a ella y la abrazo con mucha fuerza. Cuanta falta me ha hecho.
—¡Leah! No te he escuchado llegar. Que alegría verte en casa mi niña.
Acaricio su cabello y beso su frente para luego volver a mirar su rostro.
—Me he quedado a dormir aquí esta noche mamá, pero ya estaban todos descansando cuando he venido.
Ella frunce el ceño y le da las vueltas a los pancakes en el sartén.
—¿Y eso? ¿Ha pasado alguna cosa?
Me encojo de hombros.
—Una pequeña discusión con Aaron. Nada grave, no te preocupes. Es solo que me encontraba algo alterada y para no estropearlo aún más decidí quedarme aquí. ¿Dónde está papá?
Ella suspira sirviéndome el desayuno.
—Ha ido temprano a la comisaría, está en comunicación con los oficiales que se encuentran buscando a los Señores Fox.
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Mi Liberación #3
RomantikTERCER LIBRO DE LA SAGA MI ASESINO FAVORITO. Meses después de Leah haber heredado toda la fortuna de Jojo, las cosas parecen empezar a encajar a la perfección. Todo aparenta marchar a viento en popa que no existe el tiempo para preocuparse por absol...