Capítulo 53. |Hermanos.

561 94 18
                                    

Aaron.

Cuando Leah y yo salimos de la habitación, ya con la ropa puesta, con el cabello un tanto despeinado y con las caras más rojas que un tomate, su tío Louis, Tania y Alexander nos encontraron al pie de la escalera cuando veníamos bajando.

Sus par de ojos nos miraban con curiosidad y con diversión a la vez.

—Vaya, fue la reconciliación más ruidosa que he presenciado.—Dice su tío Louis.

Abro mis ojos a tope y Leah lo mira como si estuviera demente.

—¡Tío!—Lo reprende.

Tania y Alexander se ríen.

—¿Qué? No es mi culpa que no sepan hacer las cosas...más discretas.—Dice haciéndose el tonto.

Leah niega con la cara totalmente caliente.

—¿De verdad...se escuchó?—Pregunta avergonzada.

Mi tío se cruza de brazos.

—No, pero me lo acabas de confirmar principessa.

Ahora reímos todos y Leah rueda los ojos.

—Creo que Lexie es tu hija, son idénticos con esos comentarios tan pasados de tono.

—Si siguen así van a tener mellizos.—Dice Alexander conteniendo la risa.

Leah niega rotundamente sintiéndose más que incómoda, pero le da una mirada divertida y amenazadora a Alexander para que deje de decir esas cosas. Yo tengo que contenerme porque no me faltaba mucho para soltar una carcajada.

—Pero entonces qué, ¿podemos celebrar la reconciliación o debemos seguir insistiendo?

Miro a Leah y recuerdo su condición. Sé que estamos bien, pero ella tiene razón, no puedo estar bien con ella y no con los demás. Es algo que me va a costar, porque quizás no tenga cara para hacerlo, y mucho más con Alexander, quien en definitiva es una víctima de esto, no un culpable directo, y me siento apenado, avergonzado, decepcionado de mí mismo por haberlo alejado de tal manera, cuando su único error fue ocultarme aquello, no ser mi hermano.

—Estamos en ello.—Respondo.

Terminamos de bajar las escaleras y nos acomodamos todos en el gran salón sobre los sofás. Me senté al lado de Leah y le tomé las manos para sentir su calor. Estaba feliz de poder tocarla, de poder estar aquí con ella. Aquellos cuatro días casi cinco sin verla me estaban volviendo realmente loco.

—¿Cómo es que ustedes supieron todo esto?—Les pregunta Leah.

Su tía Tania es la primera en hablar.

—Lexie se contactó con nosotros cuando se enteraron de la verdad, y nos hizo comunicarnos con Aaron para idear un plan luego de haber visto las pruebas.

—Teníamos la foto de los análisis, y el video desde hace unos días, pero no podíamos mostrártelos porque Aaron quería arreglar esto en persona, como todo un caballero.—Dice ahora su tío.

Ella mira a Alexander.

—Tú también los tenías.—Se dirige a él como una afirmación.

Él asiente.

—Por supuesto. Travis se encargó de decirme desde el principio lo que sospechaban había pasado y le dije que me mantuviera al tanto de todo.—Responde él.—¿Por qué crees que no le partí la cara en cuanto lo vi?

Leah se ríe y yo me mantengo algo serio al escucharlo hablar. Él protege a Leah, la cuida, la respalda, y eso me hace sentir como si yo no lo hubiera hecho. Él no tiene la culpa, al contrario, cuidar de ella resulta ser algo que le tendré que agradecer siempre, porque el único culpable de haberme alejado de ella soy yo mismo.

Mi Liberación #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora