Capítulo 58. |Pataditas salvadoras.

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Leah.

Harry había muerto, y todo se había vuelto un caos después de eso.

Había ido a hablar con Lilly, pero ella había perdido el control de todo. Estaba perdida, devastada, rota de todas las maneras posibles. Era el amor de su vida, y el padre de Landon, y ambos se habían quedado solos.

Intenté escucharla y que ella me escuchara, que supiera que Alexander no tenía la culpa de esto, que había sido una trampa pero ella no lo veía así, ella estaba empecinada en que él sí era el culpable.

Así que aquí nos encontrábamos, en el cementerio, dándole el último adiós a Harry.

No me apartaba de Lilly, ella en estos momentos solo confiaba en mí, y yo me sentía destrozada al verla tan mal, incluso yo, yo no estaba bien tampoco. Harry me había hecho daño en el pasado, pero yo no lo odiaba, él había cambiado desde que Landon llegó a su vida, y no merecía esto.

Habían pasado cinco días desde que Alexander estaba en la cárcel, y hasta el momento no habíamos podido avanzar mucho en su caso. El abogado Williams está haciendo todo lo posible, pero el caso es complicado. Alexander fue encontrado en el lugar del crimen, con el cuerpo delante suyo y el arma en sus manos, todo apuntaba que él había sido. Tardaron días para revisar el cuerpo de Harry, y encontrar alguna cosa que pudiera resaltar alguna prueba de que le habían insertado un cebo a Alexander, pero nada.

Aaron me acompañaba, al igual que Arthur, Alice y Madison, mientras vemos como terminan de cubrir el ataúd. Todos comienzan a lanzar las rosas sobre la tierra y yo me quedo pasmada unos segundos. La garganta se me trancó y empecé a lanzar lágrimas una detrás de la otra. ¿Qué le diré a Landon cuando crezca y pregunte por su padre? Ese niño era especial para mí, y me dolía saber que no iba a tener la figura de un padre que había decidido cambiar tanto por él.

Me dolía, me quemaba y no sabía que algo así me pudiera afectar tanto. Al final de cuentas, Harry no fue una mala persona, y no podía creer que estuviera en ese ataúd cubierto de tierra.

Cuando todo acabó y las personas empezaron a marcharse, Aaron se acercó a su padre para hablar unas cosas y yo caminé con Lilly unos metros de distancia. Tenía ojeras, su nariz estaba roja de tanto llorar y sus ojos hinchados. Estaba débil, y no dejaría de estarlo por un tiempo prolongado. Le acaricio los hombros y me acomodo las gafas de sol.

—Lilly, sé que ahora mismo no hay nada que pueda hacer, pero...cualquier cosa, por favor, pídemela, yo quiero estar para ti y para Landon.

Ella asiente cabizbaja.

—Lo sé, yo sé que Landon y yo contamos contigo, Leah.—Absorbe la nariz y se pasa el pañuelo por esta.

—Escucha Lilly. Sé que todo esto a punta a Alexander, pero tienes que creerme...—ella se empieza a mover incómoda—él no fue quien lo hizo.

—Sé que es tu amigo y que quieres defenderlo Leah, pero no puedes hacerme esto. Alexander fue quien le envió aquel mensaje a Harry, él fue allí porque intentaba hacer supuestamente lo correcto, quería redimir todo el daño que hizo alguna vez, y confiaba en que Alexander no le haría daño, pero...

—Fue una trampa, lo hizo Rick.

Ella niega.

—¡Lo encontraron con el cuerpo allí, con un arma en las manos! No hay que ser adivino, Leah. Él lo hizo y tiene que pagar por ello. ¿Qué no ves? Me ha dejado a mí y a Landon sin él, estamos solos y...

La abrazo fuertemente y la dejo llorar sobre mis hombros.

Me siento desesperada, saber que Alexander aún está preso y que todo lo que hemos hecho no ha servido de nada porque no hemos encontrado ninguna prueba que afirme su inocencia, me tiene mal. Hailey no es la misma desde aquello, se la pasa triste, y cada que tiene el chance va y lo ve allí. Yo por mi parte le he hecho ver que estoy haciendo todo lo posible, pero me fastidia no lograrlo.

Mi Liberación #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora