Aaron.
Tuve que tomar un vuelo a Washington de forma rápida e inesperada con Guzmán, y no pude despedirme de Leah más que por una llamada telefónica.
Una reunión de último momento se organizó para conocer al nuevo director de la empresa quien es nada más y nada menos que yo mismo. Guzmán no pudo posponerla para otro día de la semana para mejor organización así que tomamos el jet privado de la empresa y volamos hacia la capital del país en horas de la tarde.
No me gustan los viajes así, y más sabiendo que Leah anda un poco delicada de salud. La escuché bien inquieta cuando la llamé para comentarle lo del viaje de último momento, había hablado con ella horas antes y aún el dolor de cabeza no se le había quitado del todo.
Estaré estos dos días en Washington bien preocupado por ella.
Intenté arreglar con Guzmán el que fuera solo un día, pero el consejo y la directiva de la empresa a la cual nos dirigíamos nos querían allí exactamente dos días para conocer las nuevas reglas y entablar relaciones conmigo.
Con todos los pendientes en la empresa, era lo que menos necesitaba ahora. Además de todo el caso de Miller en Beverly Hills que me tiene hasta el borde. Su abogado ha estado alegando y buscando la forma de defender a su cliente, pero el abogado Williams tiene la delantera en todo este proceso y eso hace que me sienta más tranquilo. Sé que debo ir a la cárcel a verle la cara, pero eso será después de regresar a la ciudad, esto ahora es más importante.
La azafata nos trae whiskey y me lo tomo de un tirón. Guzmán me mira y se ríe.
—Todo saldrá bien, Aaron. No debes estar nervioso. Los directivos de Bass Company son unos profesionales muy amables. Van a quedar encantados contigo.
Suspiro mirando el vaso con el líquido dentro.
—No estoy preocupado por la reunión, sé que estoy preparado y que todo saldrá bien.
—¿Entonces?
—Es Leah, ha estado presentando síntomas de enfermarse desde esta mañana y no me gusta estar lejos de ella cuando no está bien. La noté inquieta cuando la llamé para comentarle lo del viaje.
—Quizás es porque fue un viaje de improvisto y no le ha parecido estar lejos de ti dos días. No debes preocuparte, de seguro es algún virus de esos que se curan con té y pastillas.
Asiento.
—Sí, quizás es paranoia mía. Soy exagerado cuando se trata de ella.
Él se ríe.
—Es hora de que pongan fecha para la boda, se están tardando.
—Leah es la que aún no se decide, ella quiere algo simple y yo algo por todo lo alto. Aaron Walter nunca pensó encontrar a la mujer que lo volviera loco de todas las maneras posibles y mucho menos pensó en casarse, así que eso merece una celebración lo bastante escandalosa y grande.
—Estoy de acuerdo contigo.—Él toma de su trago.—Leah es maravillosa, y ambos son perfectos juntos, aunque eso fastidie a más de una.—Comenta gracioso.
Ruedo los ojos.
—Ya sé a quien te refieres y no empieces, Guzmán.
—Sydney babea por ti, Aaron, y lo lindo del caso es que le vale un pepino que Leah lo sepa.—Dice y vuelve a carcajearse.
Sí, Sydney es muy evidente cuando está a solas conmigo o cuando Leah está presente, no se mide ni se inmuta en demostrar que le gusto. Aún me navega por la cabeza el que ella y el imbécil de Noah hayan sido pareja. Resulta que en el viaje a Hawái donde lamentablemente conocí a ese bastardo ya llevaban poco tiempo de haber terminado, y el pedazo de mierda tenía que fijar sus ojos asquerosos en mi Chaparra.
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Mi Liberación #3
RomanceTERCER LIBRO DE LA SAGA MI ASESINO FAVORITO. Meses después de Leah haber heredado toda la fortuna de Jojo, las cosas parecen empezar a encajar a la perfección. Todo aparenta marchar a viento en popa que no existe el tiempo para preocuparse por absol...