Capítulo 50. |Mi Lealtad.

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Murray.

Hace un día atrás.

La misión era esta: entrar a la cabaña de Sydney y tomar el video de la cámara de seguridad.

El problema: ¿Cómo íbamos a hacer aquello?

Así que con los chicos ideamos un plan, no es el mejor plan, pero teníamos que ejecutarlo hoy mismo.

Leah tenía ya cuatro días que se había ido y no sabíamos aún hacia donde y la desesperación de Aaron era tan tal, que esto no podía esperar, y era hora de que le pagara todo lo bueno que ha sido el Halcón Mayor conmigo desde que Gregory murió y me hizo parte de los Halcones.

Sydney pudo llegar a ser la mujer que yo quería en algún momento, pero sus acciones me hicieron ver que yo no puedo amar a una mujer que ni siquiera acepta sus verdaderos sentimientos, y que hiere a los demás con tal de lograr un propósito que no la llevaría a nada bueno.

Lo que hizo estuvo mal, y eso terminó por sacar lo poco que quedaba de lo que yo sentía por ella. Así que Sydney Cohen es ahora una presa para mí, solo necesito algo de ella y luego me marcharé completamente de su vida.

Todo por los amigos.

Habíamos llegado al callejón que dirige la cabaña y estábamos esperando el momento adecuado para ejecutar el plan.

El plan: despistar a Sydney mientras Matt y Drew suben a la cabina de seguridad, y Travis y Jared estarían fuera vigilando por si hay algún tipo de alerta. ¿Y adivinen a quien le tocó distraer a la mentirosa? Pues a mí, ya que era la única persona que podía acercarse e intentar tener una conversación sin que ella lo notara extraño.

Drew es un genio con las cosas tecnológicas, así que él se haría cargo de subir el video a una memoria. Matt sería su guardaespaldas mientras vigila que nadie se acerque a donde estén, y Travis y Jared serían los que comunicarían cualquier cosa que sucediera fuera.

¿Cómo nos comunicaríamos? Sencillo, por unos pequeños micrófonos que estarán ocultos dentro de nuestra ropa, y un pequeño audífono en nuestros oídos para escuchar cualquier alerta. Todo esto cortesía de Drew, el sabelotodo e inteligente del grupo.

—¿Estás seguro que la perra esa no está dentro de la cabaña?—Pregunta Travis. Es de saber que no la soporta, y que si fuera por él entraría ahora mismo y le pegaría un tiro en la cabeza sin pensarlo dos veces.

Por quinta vez ruedo los ojos.

—Ya les dije que no, me aseguré de ello.—Le respondo.

—¿Y cómo lo hiciste? ¿La seguiste? Claro, aprendiste a ser acosador con ella.

—Llamé a Greta, la chica de limpieza, nos hicimos muy amigos cuando estuve trabajando para ella.—Le contesto.—Así que me dijo que ella estaba en la casa aún, pero que era posible que se apareciera en cualquier momento.

—¡Echa para allá, Jared!—Le grita Matt moviéndolo hacia el otro lado.

—¿Qué no ves que no hay suficiente espacio? ¿A dónde quieres que me mueva imbécil?—Le devuelve Jar.

—¡Ya cállense!—Les grito.—Me desorientan y pierdo el hilo del plan.

—¿Qué? ¿Estás nervioso por ver a la mujer que amas y jugarle sucio?—Dice Travis molestándome más mi paciencia.—Ella ya te jugó sucio a ti, es hora de que te la cobres. Además amigo, culos como ese hay en los burdeles y resultan más gratificantes, así que no te pierdes de mucho.

—Ya Travis, tampoco es tan simple como olvidarla así porque sí. Mucho está haciendo Murray con ayudarnos a desenmascararla.—Habla Drew después de ser el más callado de todos.

Mi Liberación #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora