Capítulo 15. |Peligro a la vista.

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Aaron.

Ha sido la peor noche de toda mi vida. Me he sentido como un completo idiota después de ver a Leah marcharse con Travis y no volver a saber de ella hasta el día de hoy. Tengo ojeras ya que me desvelé toda la noche y creo que fui el primero en llegar a la empresa hoy. Me quedé un poco tranquilo al saber que Leah se había ido con Travis y suponía que había dormido en casa de sus padres. No es que esté bien, por supuesto que no. El que debe irse del departamento soy yo cuando las cosas se tornan así, pero realmente Leah estaba mal y las cosas se tornaron así sin darnos cuenta.

Mi mente se ha atormentado por la forma en la que Leah entendió las cosas, y reconozco que lo había estropeado todo de una manera muy fea. No lograba entender como habíamos llegado a tal nivel. Me siento realmente como un miserable y tengo ganas de verla, pero reconozco que en estos momentos una llamada mía o una visita podría terminar en algo peor y lo que menos quiero es seguir arruinándolo.

Había llegado sumamente temprano a la empresa. No había podido pegar un ojo en toda la noche y la necesidad de estar haciendo algo me trajo más temprano de lo usual a la oficina. Tengo unos planos que terminar para mañana y me encuentro totalmente desubicado. La Chaparra es lo más importante para mí y no sé porqué diablos dije aquello la noche anterior. La mente se me nubla y me impide realizar cualquier actividad cuando estoy así de mal con Leah.

Intento enfocarme en los planos que tengo esparcidos en la mesa que ocupa la parte izquierda de la oficina. Imágenes de Leah con el pedazo de mierda de Noah me llegan a la cabeza mortificándome una vez más. No podía tener más mala suerte y que ese cabrón viva en la ciudad y saber que Leah puede encontrarse con él en cualquier esquina, sino es que el idiota la persigue. Además de que supuestamente trabaja aquí en la empresa y no me había percatado nunca. Suelto los materiales y me siento a orillas de la mesa estrujando mi rostro. Si sigo realizando los planos en este estado terminaré arruinándolos. Suelto un suspiro agotador y tomo mi celular y marco el número de Lexie. Necesito saber de Leah y es muy seguro que esté en la academia y que Lexie la haya visto llegar. Suena unas tres veces y la muy desorganizada de mi mejor amiga no contesta. Al cuarto tono responde.

—Aaron. ¿Qué tal? Que extraño tu llamándome tan temprano.—Comenta divertida.

—Ya casi iba a colgar porque no contestabas, Steffy.—Le digo y la escucho bufar al llamarla así.—¿Qué es más importante que responder a mi llamada?

—¿Que estoy trabajando, será?—Dice graciosa.—¿Qué sucede? Te escucho muy ansioso.

La verdad es que sí, me encuentro muy desesperado. Intento respirar y calmarme.

—Lo siento, es que no he dormido nada bien.–Suspiro.–He discutido la noche anterior con Leah y no hemos dormido en la misma cama así que estoy algo preocupado. ¿Ya ha llegado a la academia?

—Sí, llegó hace bastante, la vi subir el ascensor a paso de zombie, ahora lo entiendo entonces. ¿Qué ha pasado entre ustedes?—Me pregunta.

Suspiro.

—¿Podrías venir a la hora del almuerzo? Puedo pedir comida y hablamos aquí en la oficina. ¿Te parece?

—Sí, me parece bien. Además de que tenemos una conversación pendiente desde ayer. Allí estaré al medio día.

—Gracias Lexie, la verdad es que necesito hablar con alguien o me volveré loco. Es hora de que cumplas tu rol de mejor amiga.

Ella ríe al otro lado de la línea.

—Allí estaré Halcón, mantente tranquilo mientras tanto.

Ella cuelga y yo suelto todo el aire que tengo dentro de mí. Empiezo a caminar de un lado al otro en la oficina y me maldigo mentalmente por estar perdiendo el tiempo de esta manera. Tengo que terminar esos planos hoy si o si y no tengo cabeza alguna para eso ahora mismo. Lo cierto es que tengo que hacerlo y no tengo oportunidad alguna de tomarme el día de descanso porque Guzmán sería capaz de sancionarme.

Mi Liberación #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora