Nostalgia sin cura.
Sydney.
Las paredes de la cabaña me enredan y me hacen sentir la nostalgia más grande de mi vida.
Volver a Beverly Hills no estaba siendo una buena idea después de todo, aunque mi terapeuta me haya dicho que debía hacerlo para poder cerrar este ciclo tan doloroso para mí.
Que dolor se me incrustó en mi corazón al estar en estas paredes. Pensé que lo había superado, que podía seguir hacia delante después de todo lo qué pasó, pero ahora estando aquí me doy cuenta que no.
Recuerdo los días de la construcción y lo entusiasmada que estaba, no solo con la cabaña, sino con un hombre el cual no me correspondía. Recuerdo el día en el que lo drogué y lo lastimé, fui una tonta.
Paso mis manos por las mesas, las sillas, los muebles, el estante del bar y todo me llega como un flash back torturador. Lo más doloroso de todo es aquel día en el que me enfrenté a Erick por última vez, sabiendo que podía enmendarme allí y quizás hoy...las cosas hubieran sido distintas, pero no lo hice.
Al salir de la cárcel me marché a Nueva York, buscando un cambio de aire, una nueva vida, dedicándome a trabajar en una de las empresas de papá, ya que por ser una ex presidiaria tenía muy pocas oportunidades de trabajo, y pensé que todo estaba bien hasta que he aterrizado aquí esta mañana.
—Sydney.
Doy la vuelta como si esperara que fuera él pero me llevo la decepción de ver a Noah delante de mí.
Me limpio las lágrimas.
—Noah, que sorpresa. ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas en España.
Él asiente.
—Lo estaba, he venido por unos días a resolver algo del trabajo. Me encontré a tu padre en el camino, me comentó que estabas de vuelta en la ciudad, quise pasar a saludarte.
Le sonrío.
—Sí, después de dos años lejos, he vuelto.—Suspiro.—Pensé que todo estaba superado, pero estar aquí lo revive todo.
Él observa la cabaña en un vistazo rápido.
—¿Pretendes derribarla?
Niego rápidamente.
—No, no lo haría nunca. Es el único regalo y recuerdo que tengo de Aaron.
—Aaron, claro.—Susurra él mirando el suelo.
—Noah. Tú saliste primero de la cárcel. ¿Llegaste a verlos? ¿Qué de sus vidas? ¿Qué del hijo que Leah estaba esperando de Aaron? ¿Aún siguen juntos?
—Sí, volví a verlos, y sus vidas están estupendamente, Leah no solo tiene una niña, también tiene un niño. Tienen dos hijos. Y por supuesto que siguen juntos.
Me he quedado paralizada.
—Vaya, no esperaba escuchar nada malo, en realidad.
—Fui a verla tiempo después de que estuve en libertad, los hubieras visto Sydney, una familia maravillosa. Eran aún pequeños, unos dos o un año, no sé muy bien. La niña, es Leah pura, y el niño es idéntico a su padre. Pensé que Said te mantenía al tanto de ellos.
Negué.
—La psicóloga me aconsejó que no supiera nada de sus vidas y así papá intentó hacerlo. ¿Tienes fotos de ellos? Me gustaría verlos.
Noah sacó su celular y los buscó en las redes mostrándome varías fotos de una niña que parece la copia exacta de Leah, y de un niño con ojos grises igual a Aaron.
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Mi Liberación #3
RomanceTERCER LIBRO DE LA SAGA MI ASESINO FAVORITO. Meses después de Leah haber heredado toda la fortuna de Jojo, las cosas parecen empezar a encajar a la perfección. Todo aparenta marchar a viento en popa que no existe el tiempo para preocuparse por absol...