Aaron.
El dolor está ahí, y no se irá por más que lo intente.
¿De verdad la había dejado ir? ¿De verdad le había dicho que todo se había acabado? Mi mente aún intenta procesar el desastre en el que todo esto se está convirtiendo.
Le doy la espalda a Sydney que aún está aquí pegada a la puerta procesando todo lo que escuchó. Ella no debió estar aquí, y yo no debí echar a Leah de esa manera en su presencia.
—Sydney, me vas a disculpar, pero ahora mismo no puedo atenderte.
Ella se aclara la garganta.
—Aaron, yo...lamento haber interrumpido, en serio. No tenía idea de que tú y Leah estaban teniendo...problemas.
Volteo a verla. Está algo cohibida y puedo ver que de verdad siente vergüenza por lo que presenció, yo también la siento. Paso mis manos cansadas por mi cabello desordenándolo a su paso.
—Perdón...te metí en el asunto cuando no te permití irte, no estuvo bien de mi parte. Yo solo...intentaba que Leah se fuera.
Ni siquiera yo sé si lo que digo es porque lo siento o simplemente estoy hablando de manera automática.
Ella por primera vez da unos pasos hacia mí con las manos unidas delante de su vestido. Luce algo sorprendida, la verdad es que yo también lo estoy.
—¿Están pasando por un mal momento? Nunca los había visto discutir así. ¿Escuché bien? ¿Terminaste...con ella?—Hace la pregunta mientras se muerde el labio inferior.
Las manos me tiemblan cuando intento tomar el lápiz que está sobre mi escritorio. Mi corazón empieza a latir con la mención de esa palabra "terminar" y se me encogen todos los pelos del cuerpo.
Trago fuerte.
—Creo que lo escuchaste bien.
—Vaya, debió ocurrir algo muy grave para que eso sucediera.
Algo que me ha roto de todas las formas posibles. No sé ni cómo estoy parado ahora mismo, el sentimiento es para estar totalmente derrotado.
—Ahora mismo no quiero hablar sobre eso.
Ella me toma del brazo haciendo que la voltee a ver.
—Sabes que puedes confiar en mí, no te veo bien Aaron, me gustaría ayudarte en lo que sea que necesites.
Suspiro.
—No necesito ayuda, Sydney, al menos tú no podrías dármela.—Susurro.—Gracias, pero de verdad ahora mismo no puedo atenderte como te mereces.
Ella suelta un suspiro y asiente despacio.
—Claro, lo entiendo, acabas de terminar con tu novia y es algo que debes procesar.—Dice esto como si quisiera clavarme un puñal en el pecho, se ha escuchado emoción en su voz.—Me iré, pero quiero que sepas que cuando desees hablar yo estoy disponible.
Se acerca, como siempre lo hace cuando tiene la oportunidad y me besa la comisura de los labios. Me sonríe despacio y se marcha de la oficina.
Yo caigo de bruces contra el sillón y siento como se me empieza a venir el mundo encima. ¿Una vida sin Leah? No era algo que me planteara nunca, yo sin esa mujer no puedo sobrevivir, y me odio a mí mismo por haberle dado la potestad de controlarme.

ESTÁS LEYENDO
Mi Liberación #3
RomansaTERCER LIBRO DE LA SAGA MI ASESINO FAVORITO. Meses después de Leah haber heredado toda la fortuna de Jojo, las cosas parecen empezar a encajar a la perfección. Todo aparenta marchar a viento en popa que no existe el tiempo para preocuparse por absol...