Capítulo 71 "Éxtasis"

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Cerró los ojos con fuerza tratando inútilmente de resistirse, apoyó la cabeza en la fría madera de la puerta y se dejó llevar por él, no tenía caso mostrar resistencia, no cuando ella también lo estaba deseando, la giró hasta que quedará con la mirada hacía él y en un rápido movimiento le rompió la ropa hasta dejarla desnuda.

—Así está mejor, —Afirmó viéndola con mirada lascivia—.

—Reth yo...

—Shhhh, —La interrumpió mientras terminaba de desvestirse— no me interesa oírte ahora, —La tomó del rostro acercándola cerca de su boca—, si quieres que hablemos dejarás que terminé con esto.

Sin soltarla la llevó hasta la cama haciendo que se recostara, estaba actuando de forma muy extraña, tomó posición entre sus muslos y se acercó a su cuello haciendo leves succiones que buscaban dejar marca, sintió como en un acto desesperado ella intentó rosarse en él y decidió presionar más su erección para animarla a que siguiera haciéndolo.

—Eso es, buena chica, —Bajó hasta sus pechos dejando algunas marcas en el camino y los succionó hasta que estos también se marcaran como el resto de su piel—.

—Reth, —Sollozó de placer tratando de besar su boca, pero él se negó—.

—Sin besos ni caricias, no quiero que me toques, —Advirtió esposándola a la cama—.

—Pero Reth....

—Tampoco quiero que hables, no abras la boca a menos que sea para gemir.

—Eres un imbécil, suéltame, no voy a seguir con tu juego.

—Ya no estás en posición de decidir, esto pasará, y está en ti que lo disfrutes o no.

—Que me sueltes, —Reclamó, pero Reth la ignoró, tomó la botella de licor que se encontraba al costado de la cama y la abrió para beber—.

—Tengo mucha sed hoy, —Sonrió divertido vertiendo él líquido por el vientre de Astrid para luego arrojar la botella, deslizó sus manos por su cadera y abarcó su intimidad con sus labios a pesar de la resistencia que ella intentó mostrar—, fuerte como me gusta, —Buscó su mirada saboreando el licor—.

—Detente, no sigas con esto.

—Mi casa, mis reglas, —Respondió antes de volver a su monte de Venus, la acarició con su lengua llevándola a desencadenar varios orgasmos que la tenían con las sensaciones a flor de piel y que la ponían a sollozar de placer descontroladamente—.

—Si tuviéramos vecinos, —Se colocó entre sus muslos rozándola con su erección—, despertarías a todo el vecindario, —La penetró de un solo golpe volviéndola a estimular—, ¿qué crees que pensaría Drac si viera a su hijita gimiendo de placer bajo mi cuerpo, —La embistió una y otra vez hasta oír de nuevo el dulce sonido de su voz rompiendo el silencio de la habitación, la estaba llevando al límite—, ¿quieres que pare?

—.........

—Responde, — Continuó moviéndose con más agilidad—, hazlo o parare.

—No.

—¿No qué?

—No quiero que pares, —Logró decir casi en un susurro antes de sucumbir de nuevo ante el placer—.

—Entonces no lo haré, —Le dio unos poco segundos para que se recuperara y luego cambio la posición, hizo que se pusiera de rodillas dándole la espalda a él, dejando a la vista esas caderas que a él tanto le gustaban—, sostente, —Ordenó haciendo que se abrazara del espaldar de la cama—.

La embestida la tomó por sorpresa haciendo que se abrazara con más fuerza al cabezal de la cama donde yacía apoyada la mano de Reth, sus penetraciones eran profundas y exigentes, no había nada de amor en ese momento, solo un deseo desenfrenado de sexo, se mordió los labios tratando de ya no seguir gimiendo, pero todo fue en vano, sintió los dedos de Reth haciendo círculos en su clítoris y pronto el éxtasis la volvió a llevar a los sollozos de placer descontrolados que sus labios se negaban a silenciar.

—Vamos, no te reprimas, sólo déjate llevar, —La animó moviéndose con más rapidez, cerró los ojos con fuerza y un grito amenazó con desgarrar su garganta, era demasiado el placer que sentía en esos momentos—, ya esta nena, ya esta, —Besó su espalda mientras su manos sostenían el tembloroso cuerpo de Astrid que amenazaba con dejarse caer—.

—¿Qué haces? —Cuestionó al ver que apilaba dos almohadas en el centro de la cama—.

—Estoy poniendo esto para lo siguiente que haremos.

—¿Más Reth?

—Sí, tú dijiste que no parara

—Ya no.

—¿Por qué?, ¿te lastime?

—No.

­—¿Te duele?

—No.

—Entonces no hay pretextos, —La tomó de la mano y la colocó boca abajo sobre las almohadas para que sus glúteos se levantaran un poco—.

Escuchó el sonido de un frasco abrirse y lo siguiente que sintió fue los dedos de Reth untando algo parecido a una crema en su intimidad, la acarició de forma muy suave mientras sus labios continuaban dejando marcas en la piel de espalda.

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora