Sentía que ya no podía más, le ardía el cuerpo, sentía un dolor insoportable que lo mataba, aunque lo que más le dolía era haber perdido a su amada Alma, cerró los ojos y dejó escapar sus lágrimas, se sentía solo y desolado, había encontrado al amor de su vida y hubieran tenido una familia de no ser por el asesino que le arrebató la vida, apretó los puños con fuerza completamente furioso y dejó que el llanto lo derrotara, hubiera preferido mil veces morir a su lado que seguir viviendo.
Los días pasaban aumentando el odio que sentía hacia el padre de la mujer que tanto amaba, la venganza era lo único que le mantenía vivo, el reloj marcó las tres de la madrugada cuando escuchó unos pasos acercarse a su habitación y pronto la puerta fue abierta, frente a él un hombre alto se hizo presente, llevaba puesto un terno negro y un sombrero a juego, caminó con dirección a su cama y se sentó en la silla que daba vista a la ventana mientras prendía un cigarrillo para fumarlo.
—¿Quién eres?, —Pregunto Reth viéndolo de reojo—.
—Yo tengo muchos nombres, pero tú puedes llamarme Lucifer.
—No se quién seas y tampoco estoy de humor para tus bromas, sal de aquí.
—¿No sabes quién soy?, —Sonrió burlón—, porque fuíste muy claro al decir que vendrías tu alma al diablo por poder vengarte.
—Esto no esta pasando, —Se dijo así mismo entre murmullos—.
—Se quién eres Reth.
—No se de que hablas.
—Tu traición a Dios ha sido lo que te ha quitado a Alma, —Le soltó dejándolo frío—.
—¿Como sabes de Alma?
—Yo lo sé todo, —Respondió con tranquilidad—, te has enamorado de la mujer que se te encomendado proteger, eres débil como todos sus ángeles.
—Él me otorgó su perdón, él..., él dijo que podía estar con ella si...
—Si te amaba por lo que eras, —Lo interrumpió terminando su frase—, pues te ha mentido, de nada ha servido que esa mujer te ame, él te la arrebatado de todas formas, —Comentó cizañoso—, solo mírate Reth, no eres más que un despojo.
—Él jamás me haría eso.
—¿Hablas enserio?, de verdad pensaste que él te iba perdonar, ¿así por qué así?, abre los ojos Reth, él es el culpable de todas tus desgracias, ha sido él quien ha ocasionado todo esto, por eso he venido Reth.
—¿Qué es lo que quieres?
—Algo muy simple.
—¿Qué?
—Tu alma.
—Mi alma no esta en venta.
—¿Seguro?
—Si.
—Ni siquiera si te digo que puedo darte poder.
—No me interesa el poder, ¿puedes devolverme a Alma?
—No, ella no esta en mi lado, pero puedo darte lo que tanto anhelas.
—¿Qué?
—Venganza, ¿no te gustaría destruir al hombre que te arrebató la felicidad?, ¿no quieres verlo sufrir?, si me das tu alma,yo...
—Es tuya, —Respondió sin pensárselo dos veces—, acepto el trato.
—Perfecto, ahora calmaré tu sufrimiento —Tocó su pecho haciendo que su dolor desapareciera—, ahora quitaremos esas cicatrices.
—No quiero que las quites, las necesito.
—¿Las necesitas?, —Lo miró sin entender—.
—Si, son el recordatorio de mi venganza.
—Será como quieras, pero primero, —Volvió a tomarlo de la mano—, hay que sellar el trato, —Hizo un corte en la palma para que sangrara y así sellar el pacto—, listo, ahora duerme, mañana sera otro día—.
Sintió que le pesaban los ojos y pronto un sueño profundo lo invadió, su vida cambiaría para siempre y su venganza sería implacable.
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RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)
Roman d'amour¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?. ¿Qué tanto estás dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo...