Capitulo 21 "El Secreto"

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Escuchó el sonido de la puerta abrirse y pronto un grupo de mujeres entró, traían bandejas de comida y ropa.

-Buenos días señor, -Saludaron todas al unísono y él las miró sin entender que pasaba, sin entender dónde estaba-.

-Hemos preparado el baño para usted señor, -Anunció Brenda, una de las mujeres del servicio-, su ropa también está lista, permiso, -Dijo antes de salir con el resto de mujeres-.

Recorrió con la mirada el lujoso lugar, era una habitación enorme, más enorme que la humilde casa en la que vivía con Alma, ¿dónde estaba?.

-Estas en tu nueva casa Reth, -Interrumpió Lucifer a sus espaldas-.

-¿Cuánto tiempo ha pasado?

-El suficiente como para que empieces con tu venganza, querías poder, ahora lo tienes, aprovecha lo que te he dado, -Sonrió antes de salir-.

--------En El Internado------

La gran noche había llegado y todos en el internado se preparaban para el gran baile, las chicas terminaban de arreglarse y ponerse los elegantes vestidos, el lugar desbordaba en lujo, la fiesta se había hecho por todo lo alto y prometía mucho.

En la habitación Alessandra ayudaba a Astrid a arreglarse, en el poco tiempo que llevaban hablándose habían logrado entablar algo muy parecido a una amistad.

—Listo, ¿quieres que deje tu cabello suelto?

—Si Alessandra, gracias.

—Bien, iré por las alas al salón de arte en lo que tu te pones el vestido.

—Ok, gracias, —Volvió a repetir, se sacó la ropa hasta quedar en ropa interior, escuchó la puerta abrirse y corrió a cubrirse con una bata—.

—Tranquila pequeña, soy yo.

—Reth me asustaste.

—Lo siento linda, ¿estas listas?, —Preguntó mirándola de pies a cabeza, llevaban un mes teniendo intimidad y en todo ese tiempo jamás la había visto desnuda, conocía su cuerpo porque sus manos habían recorrido cada centímetro de su piel, pero Astrid no se dejaba ver, muchas veces había querido ducharse con ella, pero su negativa a hacerlo se mantenía siempre—.

—Me falta el vestido.

—¿Necesitas ayuda?, —Le guiñó un ojo coqueteando con ella—.

—No, puedo hacerlo sola, así que ahora sal.

—¿Así?, ¿no me darás ni un besito?

—Esta bien solo un beso y te vas, ¿vale?

—Te lo prometo, —Se acercó a él y le dió un corto beso—.

—Ahora vete.

—Va, va, te ves preciosa, nos vemos abajo, —Volvió a besarla y salió dejándola sola—.

Una broma pesada se preparaba en contra de Astrid, cinco de sus compañeras querían arruinarle la noche, la envidiaban por ser la cerebrito del salón y la mimada del director.

—¿Estas segura que quieres hacer esto Rachel?, —Preguntó Becca—, podríamos meternos en problemas.

—No pasará nada, solo vamos a enseñarle quien manda aquí, ¿listas?

—Si, —Contestaron todas al unísono metiéndose a la habitación de Astrid a la fuerza—.

—¿Que creen que hacen?, —Dijo Astrid intentando cerrar la puerta, pero ellas fueron más rápida, la rodearon y empezaron a forcejear dañándole el vestido—, no me toquen.

—¿Qué pasa?, ¿no tienes al director para que te defienda?, —No pararon hasta casi desnudarla, dejando al descubierto las marcas que ella tanto buscaba ocultar, las burlas no se hicieron esperar y pronto Rachel empezó a tomarle fotos—.

—Deberíamos cortarle el cabello.

—Si, sostengánla bien.

Caminó apresurada por el pasillo, quería darle las alas a Astrid para poder ir con Zigor, al parecer había descubierto algo.

—Lo siento, —Se disculpó al chocar por accidente con Reth—.

—¿Todo bien?

—Si, es que todavía me falta unas cosas por arreglar y aún tengo que llevarle esto a Astrid.

—Si quieres yo se las puedo dar.

—¿De verdad?, te lo agradecería mucho.

—Claro que si, —Tomó las alas llamando la atención de Alessandra, que reconoció uno de los anillos que tenía en su mano—, ¿pasa algo?

—No, solo miraba el anillo que tienes, es muy bonito, me tengo que ir, gracias y adiós, —Bajó en precipitada carrera por las escaleras—.

Fue hasta la habitación de Astrid y escuchó los llantos de su chica que pedía que no le cortarán el cabello, no se lo pensó dos veces, tumbó la puerta de un solo golpe haciendo que todas se asustaran.

—Quítenle las manos de encima, —Advirtió Reth acercándose furioso—,  fuera de aquí, —Gritó iracundo haciendo que todas salieran—, pequeña, —Se acercó a ella y la cubrió, tenía la piel llena de cicatrices y le daba vergüenza que la viera así—.

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora