Se había vestido con el uniforme que le dio Reth y se dirigió hasta el internado, era su primer día de trabajo.
-Bienvenida Alessandra, -La recibió en la entrada y la guió hasta la que sería su oficina-, ¿te parece bien aquí?, -Abrió la puerta de la que alguna vez fue oficina de Alessandro-.
- ¿Aquí?, es decir..., ¿no es esta tu oficina?, Ahora eres el director.
-Si, pero tengo otra oficina, he dejado esta para ti.
-Gracias.
-Bueno, te dejo para que te acomodes, tengo que ir a dictar clases, -Se despidió-.
Entró en la estancia y mil recuerdos volvieron a su mente, eran muchas las veces que había estado ahí con Alessandro, le gustaba llevarle dulces o fruta cuando no desayunaba, ese era su lugar cómplice, se sentó en la silla encontrándose con una foto del hombre que la tenía con el corazón roto, lo extrañaba mucho, no había dejado de pensar en él y ahora haría hasta lo imposible por sacarlo del abismo en el que estaba, abrió los cajones y organizó la documentación que estaba acumulada, pero terminó encontrándose con un diario que grababa el nombre de "ALESSANDRA", ojeó las primeras hojas solo para descubrir que ese diario le pertenecía a su madre.
Esperó a que todas salieran para quedarse a solas con Astrid y tomó algunos papeles de su portafolio acercándose a ella.
-Encontré esto, creo que puede servirte para tu proyecto, -Interrumpió a la joven que leía un libro-
-Muchas gracias profesor, -Sonrió-.
-No ha sido nada, si necesitas algo más, no dudes en decírmelo.
-Es usted muy amable, gracias, -Intentó mantener una conversación con ella, pero al igual que el día anterior esta se mostró algo esquiva y volvió marcar distancia, ¿Cómo podía resistirse a él?, esa chica tenía muy subido los aires pensó, y él disfrutaría poniéndola en su lugar, aunque su teoría lejos estaba de ser una realidad, no es que ella se sintiera inalcanzable, sino todo lo contrario, era insegura y no quería que le hicieran daño, tenía secretos que guardaba para ella y que la hacían vivir un calvario, odiaba verse al espejo, su vida en el orfanato había sido un infierno y ahora que estaba en el internado las cosas no habían cambiado mucho, pues sus compañeras siempre le dejaban en claro lo poco que valía, cerró sus ojos dejando escapar un par de lágrimas y se sentó en el suelo de su habitación, Reth empezaba a gustarle, siempre se mostraba atento, pero ella estaba segura de que alguien como él jamás se fijaría en ella, no con todas esas marcas cubriendo su cuerpo, por eso lo mejor era alejarse de él, al menos así no se ilusionaría y saldría herida-.
- ¿Ya te vas Aless?, -Preguntó Reth entrando a la oficina-.
-Sí, ya he terminado con todo el trabajo que me dejaste, aunque si necesitas algo más...
-No Aless, -La interrumpió-, No quiero que pienses que soy un explotador.
-No lo hago.
-Deja que te lleve a casa.
-No es necesario, he pedido un taxi.
-Insisto, deja que te lleve a casa.
-Está bien, gracias, -Subieron a su auto y la llevó hasta la casa que había sido de su padre, no quería que supiera que vivía en el castillo de Alessandro, esperó a que se fuera y tomó un taxi con dirección al que ahora era su hogar, estaba ansiosa por leer el diario de su madre, preparó algo de café y se recostó en la cama a revisar aquel pequeño libro, una a una leyó las páginas que contaban la historia de su madre, una joven llena de aspiraciones y ambiciones, había tenido mala suerte en el amor hasta que conoció a Alessandro, era tan contradictorio lo hermoso que hablaba de él y lo mucho que decía amarlo, sobre todo porque lo había abandonado sin importarle su sufrimiento, ambos habían sufrido con su separación, pero su ambición era más grande que su amor y prefirió el dinero que su padre antes que el cariño de Alessandro, al parecer su padre no fue tan bueno con ella, la maltrataba, más cuando supo que ella lo traicionaba con l amor de su vida, pero todo había cambiado cuando ella se embarazó, decidió terminar su relación con Alessandro , lo amaba, pero había cambiado demasiado y sentía que era inútil seguir con él, después de todo el dinero no lo era todo en la vida, no cuando se perdía al único hombre que de verdad la había amado, la noticia de su embarazo no fue del todo del agrado de su padre y en un inicio la acusó de haberse embarazado de Alessandro, sabía que no le gustaban las niñas y prefirió mentirle diciendo que esperaba un varón, quería protegerla y estaba planeando huir con ella apenas naciera, su vida era un infierno, pero prefería aparentar que era feliz, no quería darle la razón a Alessandro, los siguientes meses no mejoraron en nada, su padre la golpeaba a pesar de que estaba en estado de gestación, había desarrollado tumores debido a las golpizas que le daba su padre, esa fue la razón principal de que muriera al dar a luz a su hija.
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RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)
Romance¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?. ¿Qué tanto estás dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo...