Capítulo 79 "Un Cruel Adiós"

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Se había quedado recostada en la cama, el mareo le había ganado al igual que las náuseas, sus sospechas de un posible embarazo eran cada vez más fuertes, llevaba ya dos meses viviendo con Reth y no sabía cómo tomaría una noticia de ese calibre, ¿y si él no quería tener hijos?, ¿qué iba a pasar con ella?, mil ideas venían a su mente y mil escenarios se planteaban en su cabeza, debía estar lista para todo.

—¿Estás bien Astrid?, —Preguntó Reth sacándola del limbo de preocupaciones en el que se hallaba—.

—Sí, —Mintió—, yo solo estoy un poco mareada.

—¿Otra vez?, te estás mareando con mucha frecuencia, es mejor que te revise un médico.

—Ya fui al médico, —Volvió a mentir—.

—¿Cuándo?

—Lo hice ayer cuando te has ido al internado, me he sentido mal y fui con el doctor para que me revisara.

—¿Y por qué no me lo dijiste?

—No quería preocuparte.

—Astrid, ya me preocupas, ¿qué está pasando?, ¿qué te ha dicho el doctor?

—Ha dicho que tengo vértigo

—¿Vértigo?

—Sí, es por eso que tengo mareos y náuseas, pero hay un tratamiento, el doctor empezará mañana.

—Cambia la cita, mañana habrá reunión en el internado y no podré acompañarte.

—No te preocupes mi amor, Becca me acompañará.

—Pero...

—Estaré bien, —Lo interrumpió—, Becca estará conmigo, —Aseguró tomándolo del rostro y besando sus labios, no tienes porque preocuparte.

—Está bien, pero a la próxima cita, yo iré contigo.

—Sí mi amor, ahora iré a calentarte la cena, —Intentó levantarse, pero él se lo impidió—.

—No te levantes, yo lo haré y te subiré la cena.

—No, no tengo hambre.

—Pero debes comer algo.

—Ya lo hice, —Siguió mintiendo—, yo estoy a dieta,

—¿Dieta?, Astrid has estado comiendo mucho en estos días.

—Por eso, debo controlar mi apetito, ya no comeré en las noches.

—No necesitas hacer dieta, pero está bien sino quiere cenar hoy, te traeré algo de chocolate caliente.

—Gracias mi amor.

Se dirigió a la cocina y calentó la cena y él chocolate para Astrid, su actitud empezaba a levantar sospechas, pero no estaba de humor para discutir con ella, esperaría para saber qué era lo que estaba pasando.

—Reth, Reth, —Escuchó una voz a sus espaldas, era Lucifer—, tu tiempo se acabado, es hora de que cumplas tu parte del trato.

—Ya estabas tardándote en aparecer Lucifer.

—Ya se cumplieron los dos meses que me pediste como plazo.

—Lo sé, ¿cuándo tengo que asumir tu puesto?

—Deberás estar en el internado en dos días.

—Ahí estaré.

—Perfecto, ven en la noche, —Fue lo último que le dijo antes de desaparecer, sus planes parecían ir bien, por fin sería feliz con Alessandra—.

Había esperado a que Reth se fuera para irse con Becca, estaba nerviosa por lo que el doctor podía decirle, pero era mejor quitarse las dudas de una vez por todas.

—Astrid cálmate, estás poniéndome nerviosa.

—No sé que voy hacer si la prueba sale positiva.

—Lo primero que harás es relajarte, lo segundo será decirle la verdad a Reth.

—¿Y sí no quiere tener al niño?

—Eso ni siquiera es una opción, Reth te ama, una prueba de ello es que te haya perdonado por lo que pasó en la boda, tu tranquila, ya verás como todo saldrá bien.

—Señorita Astrid, —Llamó un señor como de unos sesenta años—, su exámenes están listos.

—¿Qué es lo que tengo doctor?, ¿a qué se deben mis malestares?

—Felicidades señorita, tiene ocho semanas de embarazo, —Sintió como si un balde de agua fría le había caído encima y se limitó a tomar los resultados aun incrédula de que eso le estuviera pasando—.

—Astrid me tienes preocupada, no has dicho nada desde qu salimos del hospital, ¿te encuentras bien?

—Voy a ser mamá, —Dijo entre una mezcla de temor y alegría—, yo..., yo voy a ser mamá, voy a tener una familia, —Sonrió al borde de las lágrimas, mientras vivía en el internado siempre había soñado con tener una familia, una madre y un padre que la quisieran y aunque los rencores de una mujer la habían alejado de ese sueño, ahora ella tenía la oportunidad de tener su propia familia—.

—Lo sé amiga, —Estrechó su mano—, se lo dirás, ¿verdad?

—Sí, aunque no sé cómo, estoy muy nerviosa.

—Ya sé, preparemos una cena, yo te ayudaré, llenaremos de velas y rosas el lugar, haremos que todo sea perfecto.

—Sí, todo será perfecto, —Compraron algunas cosas y arreglaron el comedor para darle un toque romántico, a las siete de la noche Becca la había ayudado a servir la cena y a arreglarse, antes de irse—.

Se sentó con una rosa en la mano y arregló un poco el vestido rojo que traía puesto, estaba muy nerviosa, pero sobre todo estaba feliz, escuchó el auto de Reth parquearse y los latidos de su corazón aumentaron, tenía muchas ganas de darle la noticia.

—Buenas noches, —Saludó Reth entrando por la puerta y mirando extraño la escena que se mostraba—.

—Hola mi amor, —Sonrió Astrid abrazándose a su cuello y llenándolo de besos—.

—¿Qué es todo esto Astrid?, ¿celebramos algo?

—Sí, yo tengo algo que contarte.

—Yo también, —Contestó haciendo que Astrid pensara tontamente que tal vez le pediría casarse de nuevo—.

—¿Sí?, ¿qué es lo qué quieres decirme Reth?

—Esto se acabó.

—¿Qué?, —Lo miró sin entender—.

—Me voy Astrid, esto terminó.

—¿Cómo que terminó?, ¿de qué estás hablando?

—Habló de que regreso al internado, habló de que no me interesa seguir contigo.

—No, tu no puedes dejarme, tú me amas.

—Por favor, ¿de verdad creíste que iba a perdonar tu traición?, no me creas tan estúpido.

—Entonces esto fue...

—Un engaño, —Terminó la frase—, te use Astrid.

—Eres un maldito, —Le gritó fuera de sí dándole una bofetada—, no me puedes hacer esto.

—Claro que puedo, ya lo hice, —Afirmó sintiéndose ganador del juego que había empezado Astrid, subió hasta su habitación y empacó su ropa dejando atrás a una Astrid que entre ruegos se dejó caer al piso pidiéndole que no se vaya, estaba derrotada y las cartas habían sido echadas ya, no había marcha atrás. 

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora