RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)

Capítulo 72 "Más Allá Del Dolor"

Sentía que estaba perdiendo la cabeza, los encuentros que solía tener con Reth siempre eran dulces y aunque muchas veces jugaban el rol de la dominación, él siempre era amoroso, cosa que para nada pasaba ahora, no había dulzura en él, solo un deseo desenfrenado de sexo que la estaba llevando al límite, era como conocer una cara oculta de Reth que no había conocido antes y que causaba en ella cierto temor, pero que a la vez le hacía desear más de lo que estaba pasando en ese momento.

—Esto te refrescará, —Aseguró antes de volverla a penetrar, esta vez no hubo apuros, se movió muy lentamente hasta que sintió que ella estaba a punto de correrse, salió de su interior dejándola a medias y reemplazando con sus dedos los movimientos de su miembro, a la vez que untaba más del lubricante en su erección, abrió un poco los glúteos y deslizó su miembro en la fina línea que los dividía y empujó con la punta amagando una penetración—.

—¿Lo haremos por ahí?, —Trató de moverse para negarle el acceso, pero el tener las manos atadas no le fue de mucha ayuda—.

—Quédate quieta o dolerá.

—No, no estoy lista, —Insistió moviéndose, pero él la ignoró, se dirigió hasta uno de los cajones de los veladores y se colocó una especie de manopla en la mano que vibraba—.

—Solo relájate, del resto me encargó yo, —Volvió a tomar posición sobre su cuerpo y acercó la manopla hasta su clítoris para acompañarlo con sus penetraciones, aprovechó la docilidad que esta le mostraba y salió de su interior sin dejar de estimular el túmulo rosa con las vibraciones y hundió la punta de su erección entre sus glúteos, pero se le dificultaba penetrarla, algo más de lubricante ayudó a que pudiera deslizarse un poco más, pero ella estaba tensándose, presionó un poco más la manopla y aumentó las vibraciones hasta que el orgasmo le volvió a llegar, aprovechando así el trance en el que estaba para penetrarla por completo—.

Apretó con fuerza entre sus manos las sábanas de ceda negra que cubrían la cama y se quedó inmóvil al sentir su invasión, era poco el dolor que había sentido pues Reth había conseguido estimularla, pero aun así no podía evitar sentirse extraña al sentirlo en esa parte de su cuerpo.

—¿Duele?, —Acarició sus caderas buscando darle tiempo para que se acostumbre a él—.

—Solo un poco.

—¿Es un dolor soportable?

—Si, —Contestó tratando de relajarse—.

—Está bien, ahora solo relájate, —Salió de ella y volvió a penetrarla muy lentamente, no quería lastimarla, deseaba que pudiera disfrutar de esa experiencia al igual que lo estaba haciendo él, le dio tiempo para que se acostumbrara y volvió a estimularla hasta que pudo embestirla con más frecuencia, —Eso es, lo estás haciendo muy bien, —La alentó besando su cintura—.

Volvió a notar la manopla haciendo fricción en su clítoris mientras la penetraba con sus dedos dándole una estimulación que la llevó al borde de las lágrimas, el placer que sentía era demasiado, estaba disfrutando de aquella nueva práctica sexual y poco o nada pudo hacer para sucumbir ante él, un fuerte sollozo escapó de sus labios anunciado la llegada del fervor que su cuerpo había experimentado y que habían logrado llevarla al mismo cielo.

Se dejó caer agotado sobre su espalda por unos minutos hasta recuperar el aliento, su sexo había sido exigente, llevaba mucho tiempo controlando sus instintos con ella, pero ahora que Lucifer le había devuelto la inmortalidad y aquella traicionera mujer lo había engañado, no tenía porque seguir controlándose, tomó un jean y una camiseta y se vistió sin decir palabra alguna.

—¿Puedes soltarme?, —La miró sin responder a su pregunta y se acercó hasta ella para desatarla y cubrirla con una bata—.

—Estaré abajo, —Dijo antes de salir por la puerta y dejarla sola, y solo ahí pudo volver a respirar con calma, se paró de la cama y se acercó hasta él espejo, su cuerpo llevaba pequeñas marcas por todos lados, era como si la hubiera marcado, no le dolían, pero se sentía rara de tenerlas, no entendía que estaba pasando y erróneamente pensó que su encuentro era el inicio de su reconciliación, cosa que no era así pues Reth tenía otros planes para ella y estaba dispuesto a arrastrarla con él al mismo infierno.