Se había aferrado a él mientras arrancaba a llorar como una niña pequeña, se sentía miserable y sabía que no habrían palabras que pudiera remediar el daño que le había hecho y aunque ella era una víctima también, no podía evitar reprocharse el no haber hablado con ellos en vez de seguir con su estúpido plan de venganza.
—Debes calmarte, —Dijo Reth correspondiendo a su brazo—, puede hacerle daño al bebé.
—Necesito que me perdones Reth, yo...
—No es momento de hablar de esto, —Interrumpió—, es mejor que vayamos a casa.
—Tú no puedes irte, tenemos un trato, —Intervino Lucifer llevándose a Reth de mala manera—.
Reth, —Intentó seguirlo Astrid, pero Drac se lo impidió—.
—Ellos tienen que hablar, es mejor que no interfieras en eso.
—Pero papá.
—Astrid, por favor, yo sé lo que te digo, es mejor dejar que hablen.
Lo llevó hasta la dirección y lo aventó contra la pared de un solo puño, estaba furioso al ver que sus planes se habían destruido por un descuido de Reth.
—Teníamos un trato maldito bastardo, —Resopló furioso volviendo a golpearlo—.
—Púdrete Lucifer, — Respondió devolviéndole el golpe—, dijiste que no sentiría nada por ella si volvía, mentiste, —Le reclamó sacándose la chaqueta y tomando posición para pelear—.
—No es mi culpa que seas alguien tan débil e imbécil.
—Patrañas, nada de lo que dices es cierto, no tienes ningún poder para mandar en los sentimientos de los demás, ni si quiera pudiste hacerlo con tu hijo Alessandro.
—Cállate maldita sea, —Amenazó volviendo a golpearlo—.
—¿Qué?, ¿Alessandra no lo sabe?, —Se limpió la sangre que corría por su labio—, ¿es eso?
—¿Qué es lo qué no sé?, —Interrumpió Alessandra—.
—Lárgate de aquí, —Exigió Lucifer dirigiéndose a Reth—, y llévate a tu chica contigo, ya no eres bienvenido aquí, tampoco eres inmortal, ¡sal!, —Gritó y Reth obedeció—.
—¿De qué hablaban?, ¿qué es lo que no sé?
—Lo siento Alessandra, —La tomó de las manos—.
—¿Qué pasa?
—Reth no ocupará mi lugar, él se quedará con Astrid.
—¿Eso es de lo que hablaban?
—Sí, —Mintió—, parece que nunca podré salir de esto, ¡maldición!, ¡maldición! —Golpeó furioso varias veces el escritorio—.
—Mi amor no te pongas así, —Se acercó a él y lo abrazó—, todo va a estar bien, yo siempre esperaré por ti.
—Mi hermosa princesa, —La tomó del rostro y besó sus labios—.
Se limpió la sangre y arregló un poco la ropa antes de regresar a la habitación, aunque no sabía bien qué decisión tomar, o que hacer respecto al tema.
—¿Qué pasó?, —Preguntó Drac acercándose a Reth—.
—Nada.
—¿Cómo que nada?, —Lo tomó del brazo y lo sacó de la habitación—.
—Papá no vayas hacerle daño, —Trató de seguirlo—
—Es mejor que te quedes aquí Astrid.
—Pero podrían pelearse Becca.
—Yo iré con ellos para ver que no e peleen, —Intercedió Ezra antes de salir—.
Se lo llevó hasta la biblioteca para hablar con él, tenía ganas de golpearlo, pero sabía que debía controlarse por su hija, no quería que Astrid tuviera más percances en su salud.
—¿Qué?, te quedarás mirándome toda la noche hablarás de una puta vez.
—¿Qué piensas hacer?
—¿Quieres saber si me haré cargo del niño?, ¿es eso?
—Sí.
—Me responsabilizaré de él, si es lo que tanto te preocupa.
—¿Y Astrid?
—¿Qué con ella?
—Debes casarte.
—¿Disculpa?, ¿casarme?, olvídalo, no cometeré la misma estupidez dos veces.
—Es lo que tienes que hacer.
—Tú no vas a imponerme nada, me haré cargo del niño, pero no pienso casarme con ella.
—Mira cretino, —Lo tomó de la camisa y Reth reaccionó empujándolo—.
—Mucho cuidado con lo que haces, si piensas que voy a dejar que me golpees, estás muy equivocado, si quieres armar una pelea aquí, lo hacemos y desde ya te digo que yo no seré quién pierda, —Advirtió—.
—Está bien, voy a controlarme, no por ti, sino por mi hija.
—Pero que buen padre eres, —Se mofó—, tan buen padre que quieres casar a tu hija con alguien por la fuerza, ¿en verdad crees que esto va a funcionar?, no hay nada más estúpido que forzar a una persona a casarse usando como pretexto a un niño, no es sano hacerlo, a la final solo terminaría siendo una mierda.
—No quiero que te cases con mi hija para que tengan una familia feliz, es más que evidente que tu odio y soberbia es más grande que lo que sientes por Astrid, pero tranquilo, será el tiempo quien te haga ver tu error.
—¿Error?, el único error que cometí en mi vida fue salvar a tu hija y evitar que te suicidarás, —Contestó sin medir sus palabras, ignorando por completo que Astrid escuchaba del otro lado, pero no pudo vitarlo, en ese momento el resentimiento habló por él y por mucho que Astrid quiso aparentar que sus palabras no le afectaban, algo en ella murió al escucharlo—, ese fue mi único error, el resto de esta mierda la creo tu hija, yo solo fui una pieza más en este juego de ajedrez.
—Como te dije, —Volvió al tema tratando de ignorar lo que le había dicho—, no quiero que te cases con mi hija para que tengan una familia feliz, quiero que lo hagas por el hijo que viene en camino, lo engendraste siendo incubus, si el niño nace fuera del matrimonio su alma le pertenecerá a Lucifer, por eso debes casarte, para que se niño nazca bajo la bendición de Dios, así que tranquilo, no es mi plan rogarte que ames a mi hija, yo soy el menos interesado en que ustedes dos estén juntos, como tú mismo lo has dicho, no es sano para ninguno de ustedes dos, así que apenas el niño nazca, tu podrás divorciarte.
Necesitó de la ayuda de Becca para volver a la habitación, su corazón estaba roto y no pudo evitar romperse, las palabras de Reth le habían afectado.
—Astrid, no te pongas así, —Dijo Becca abrazándola—
—Me odia.
—Está dolido, por eso ha dicho todas las cosas que dijo, debes darle tiempo y tratar de ponerte en su lugar, está muy herido, y lo entiendo, yo más que nadie entiendo lo que Reth está pasando, —Recordó con tristeza todo lo que Mirt le había hecho—, mira lo mejor es que trates de hablar con él.
—No me deja explicarle nada.
—Entonces hazlo con acciones, demuéstrale la persona que eres, aprovecha esto para recuperarlo, ustedes dos van a casarse.
—Él no quiere hacerlo.
—Pero tendrá que hacerlo, aunque creo que tu padre te debe una explicación, porque no entiendo eso de los incubus y lo demás, pero aprovecha esta oportunidad para demostrarle a Reth que lo amas y que quieres seguir con él.
—¿Y si no funciona?
—Al menos lo habrás intentado, no te des por vencida tan fácilmente, —La miró, sabía que tenía razón, no podía esperar que Reth volviera a confiar en ella de buenas a primeras, debía ganarse su confianza, pero sobre todo, debía demostrarle que se merecía su amor, lucharía por él, lo haría hasta que volviera a quererla como antes, no estaba dispuesto a perderlo—.
ESTÁS LEYENDO
RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)
Romansa¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?. ¿Qué tanto estás dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo...