Habían pasado unos minutos antes de que Reth interviniera y lo sacara de la habitación, para cuando él regreso Becca ya había hecho sus maletas.
—¿Que haces Becca?
—Me voy señor director.
—¿Dónde?, y sobre todo a esta hora.
—Donde sea, necesito irme donde sea, —Repitió frustrada—.
—Mira, vamos hacer una cosa, descansa un poco y te prometo que a primera hora te ayudaré a que te vayas.
—¿A qué hora?
—A las seis saldremos de aquí, te lo prometo.
—Está bien, pero si a las seis no vuelve, me iré.
—Estaré aquí a las seis, —Aseguró Reth antes de irse y aunque al principio Becca tuvo sus dudas, tal y como se lo prometió, él regresó en su búsqueda, salieron en su auto y la llevó a casa de Alessandra que no dudo en recibirla —.
"A las ocho el internado había sido llenado por los familiares de las estudiantes que estaban próximas a graduarse, en su habitación Astrid terminaba de cambiarse , el gran día había llegado y faltaban pocas horas para su matrimonio"
—Bravo, —Interrumpió una mujer a sus espaldas entrando a su habitación entre aplausos—, lo has hecho muy bien Astrid.
—¿Señorita Lawrence?, —La miró con sorpresa—.
—La misma, —Sonrió acercándose a ella—, he venido a tú graduación y también a tu boda—.
—Astrid la ceremonia esta por empezar, —Dijo Reth quedándose en silencio al ver a la mujer que estaba en la habitación—.
—Vaya, vaya, pero miren a quién tenemos aquí, al gran Reth.
—¿Ustedes se conocen?, —Preguntó Astrid al ver la reacción de su prometido—.
—Por supuesto que nos conocemos, ¿verdad Reth?
—Sí, la ceremonia empieza ya, por favor no se demore señorita Astrid.
—Sí señor, bajaré enseguida.
A las ocho y media de la mañana la ceremonia de clausura había empezado, tanto alumnos como familiares de los mismos se habían reunido para escuchar al director para dar el discurso de clausura del año escolar, una a una las alumnas fueron recibiendo sus diplomas, pero fue Astrid la que hizo que tanto Reth como Lawrence se llenaran de orgullo, aunque cada uno lo hacía por una razón diferente, en especial Lawrence.
—Muy bien hecho Astrid, te has lucido, espero que mañana también lo hagas, —Sonrió antes de marcharse del internado—.
—¿Quién es esa mujer?, ¿por qué ha venido?, —Exigió saber Reth—
—Es la señorita Lawrence, ella es la rectora del orfanato en el que crecí, por eso ha venido, ¿hay algún problema con eso mi amor?, —Lo miró esperando una respuesta—.
—No, solo no me agrada esa mujer.
—Claro, ahora que lo recuerdo ustedes dos admitieron conocerse mientras estábamos n mi habitación, ¿de dónde la conoce Reth?
—Yo..., yo también trabajé hace un tiempo en un orfanato y tuve problemas con ella.
—¿Por qué?
—Maltrataba a los niños, así que hice que la despidieran, no pensé que le darían trabajo en orfanato luego de todas las quejas que tuvo.
—Tal vez cambio, a mí nunca me trató mal, incluso solía defenderme de los otros cuidadores, —Recordó agradecida—.
—Es mejor irnos, —Trató de cambiar la conversación—, hoy te tengo una sorpresa.
—¿Una sorpresa?, —Sonrió ilusionada—.
—Si, ahora ve a tu cuarto, tienes media hora para estar lista, —Subió entre carreras a su habitación topándose con una caja negra que yacía en su cama y que ella no tardó en abrir, un hermoso vestido satinado corte sirena de color vino se encontraba doblado, lo sacó entre sonrisas y no dudo en ponérselo, unos zapatos de taco a juego ayudaron a resaltar su figura, aunque pudo notar que había algo más en la caja, era una especie de cofre que guardaba en su interior una cadena y aretes de oro que parecían tener varios diamantes—.
Tal cual Reth se lo había pedido, esperó a que pasara los treinta y minutos y bajó en su búsqueda, lucia preciosa, cosa que Reth no tardó en hacerle saber con varios cumplidos, la dejó en el auto y fue hasta su oficina por unas cosas, topándose con Lucifer en el camino.
—Así que después de todo ya has decidido tu futuro.
—¿Lucifer?
—Hoy es tu último día como inmortal Reth, espero que estés seguro de la decisión que has tomado.
—Lo estoy, —Aseguró con total confianza—.
—Si algo llegara a pasar mañana....
—Nada pasara, —Interrumpió Reth—.
—Reth, Reth siempre tan seguro, sabes, no importa que te haya dado la inmortalidad y convertido en uno de mis incubus, aún sigues conservando tu parte de ángel.
—Al igual que tú con Alessandra.
—Sí, la diferencia es que yo estoy seguro de Alessandra.
—Al igual que yo de Astrid.
—No sabes lo que dices Reth, siempre has sido ingenuo, has dejado siempre que tu corazón sea quien domine tu razón, y eso mi querido Reth te hará pasar por el peor de los dolores, pero tranquilo, si te arrepientes eres bienvenido a esta tu casa.
—Te lo agradezco, pero no pasara, se que Astrid es la indicada.
—Ingenuidad divino pecado, suerte Reth, la necesitarás, —Fue lo último que escuchó antes de que Lucifer desapareciera de su vista y él volviera con Astrid para la sorpresa que le había preparado para antes de su boda—.
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RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)
Romance¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?. ¿Qué tanto estás dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo...