Habían pasado unos minutos antes de que pudiera recuperar el aliento y asimilar lo que había pasado, aún sentía las sensaciones a flor de piel, decidió darse un breve baño antes de bajar por las escaleras para encararlo, lo buscó con la mirada encontrándolo en la sala mientras chupaba un chupete, estaba nerviosa y por tonto que parecía le daba vergüenza mirarlo a los ojos.
—¿Te quedarás mirándome?, ¿ o hablarás de una vez por todas?, —Preguntó sacándola del limbo en el que se encontraba —.
—¿Podemos hablar?, —Respondió con otra pregunta mientras sus manos se movían inquietas tras su espalda como una niña a la que acababan de regañar y buscaba el perdón —.
—No tengo ánimos de hablar hoy, lo haremos mañana, —Aseguró recorriéndola con la mirada de pies a cabeza, no importaba lo que había pasado entre ellos dos en la habitación, él quería, necesitaba más de ella, era lo que conllevaba volver al lado del mal, su apetito sexual jamás se veía satisfecho, su pelo mojado le hizo notar que se había bañado, se dio dos palmadas en la pierna invitándola a su regazo, pero ella no fue, no estaba segura de hacerlo —, vamos, —La animó —, ven aquí, —Se lo pensó bien antes de acercarse, pero a la final accedió a sentarse en sus piernas —, eso es, buena chica.
—Yo...
—Shhh, —La silencio colocando el dedo índice sobre sus labios —, hueles delicioso, —Dijo hundiendo su rostro entre la cuenca de su cuello y aspirando el aroma que el jabón había dejado en su piel, tomó el chupete que tenía en la mano y lo metió en su boca para evitar que volviera a interrumpir—, y estas tan suave, —Susurró acariciando su cintura con la clara intención de llegar a sus pechos —.
—Ha sido suficiente Reth, —Lo detuvo sacando el dulce de su boca para hablar más claro —.
—No pensaste eso la noche anterior a la boda, ¿lo recuerdas?, —Besó su hombro —, quería más y nada parecía satisfacerte.
—Es mejor que me vaya, —Intentó alejarse, pero él no se lo permitió —.
—¿Y cómo te irás?, no has traído auto.
—Yo puedo pedir un taxi.
—¿y piensas subirte así, —Indicó acariciando atrevidamente su vientre, buscando en vano llegar hasta su intimidad —.
—Por favor, —Pidió confundida sin saber si quería que parara o siguiera con sus atrevidas caricias —.
—¿A qué le temes Astrid?, —La encaró usando un tono dulce y seductor—.
—No sé de que hablas, —Replicó mirando hipnotizada esos labios caprichosos que se negaban a darle un beso —.
—Claro que lo sabes, —Afirmó a unos milímetros de sus labios —, lo deseas tanto como yo, solo tienes que pedirlo y te lo daré, dime Astrid, ¿estás lista para entrar en mi juego?, ¿estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?, —Lamió suavemente su labio inferior provocándola—, ¿qué tanto estas dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo puedo dar todo y quitar también, yo puedo cumplir todas tus fantasías, incluso las más oscuras, ¿Aceptas el trato?, —Un incómodo silencio se apoderó del lugar, sus preguntas la habían tomado por sorpresa y por vergonzoso que fuera, sus palabras y el tono que había usado en las mismas la tenían excitada—, no te quedes en silencio, sólo tienes que decir que si, —La animó casi en un susurro que terminó por convencerla—.
—Reth, —Lo tomó del rostro buscando un beso que esta vez no fue negado y que dio inicio al dulce frenesí—. Fue él quien guió el beso tomando así el control de la situación y dejando muy en clara su posición como dominante, hizo que abriera la boca y deslizó el chupete iniciando un juego que hacía que sus besos fueran más dulces, pero que buscaban algo más, atrapó su mirada con la suya y se llevó el chupete a la boca—, Reth no dejes de besarme por favor, —Pidió y él respondió a su pedido distrayéndola de ver la navaja que sacó de su pantalón y que usó para abrir la camiseta por la mitad, logrando así que ella se asustara—.
—Tranquila nena, no pienso lastimarte, —Aseguró botando la navaja lejos de donde estaban—, jamás lo haría, —Mintió volviendo a besar sus labios—.
Cada beso, cada caricia que aquel hombre le regalaba encendía su cuerpo y lo llevaba al límite, una sonrisa se formó en los labios de su cruel chico que la recostó en la alfombra y que divertido humedeció el chupete y lo rozó suavemente en su pezón para luego succionarlo hasta que este se endureció, aunque lo mejor vino después cuando el dulce se deslizó por sus pechos dejando una línea azucarada que era borrada por la húmeda lengua de Reth y que llegó hasta su intimidad, alzó su mirada buscando los ojos de la joven y jugueteó rozando el rojo chupete en su clítoris, volviendo a sus pechos para así estimularla al máximo llevándola a desencadenar un orgasmo.
—Tócate para mi pequeña, endulza tu cuerpo, —Le ofreció el chupete—, besaré y lameré cada parte que quieras.
Nota: ADVERTENCIA, bien chicas, como dije al inicio estas historias tocarán varios fetiches, por lo que desde ya les advierto que los capítulos que vienen son mucho más fuertes, así que traten de mantener su mente abierta, muy abierta.
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RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)
Romance¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?. ¿Qué tanto estás dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo...