"La Venganza"

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La tomó de la cintura y guió su cuerpo al compás de la melodía que sonaba de fondo, "Put Your Head On My Shoulder", estaba tan enamorado de ella, tanto que sentiría que se volvería loco sino lograba conseguir un sucesor.

-¿Estás bien mi amor?, -Preguntó buscando su mirada y él sonrió-.

-Lo estoy si te tengo a mi lado, -Abarcó su rostro con sus manos-, lo estoy si te quedas conmigo Alessandra.

-Yo siempre voy a estar contigo, siempre, -Se abrazó a él deseando continuar con su baile, deseando conservar esa paz que solo él podía darle-.

-Nos casaremos pequeña, -Prometió-, tú y yo nos casaremos y viviremos en una hermosa casa en la que cuidaremos de nuestros hijos, juro que te haré la mujer más feliz del mundo, cuéste lo que cuéste.

-Yo ya soy la mujer más feliz del mundo, no necesito nada más, sólo tu amor.

-Ya lo tienes mi hermosa princesa, siempre lo has tenido, siempre lo tendrás, -Dijo besándola, el inicio del juego empezaba y Lucifer no estaba dispuesto a perderte-.

Para Becca otro era el panorama, había pasado muchas noches buscando a Mirt, pero no lo encontraba y la situación empezaba a desesperar la, ¿Por qué se sentía así?, ¿Por qué si él le había hecho daño?, odiaba amarlo, no se lo merecía, no después de todo lo que le había hecho, no después de como la había destruido, le dió indicaciones al taxista para que girará en la siguiente esquina y aunque no lo vio, él sí que lo hizo, reconoció el taxi que rondaba por el lugar, era el mismo que daba vueltas en su búsqueda.

Corrió a uno de los callejones oscuros y se escondió tras uno de los contenedores de basura para que no lo viera, se había prometido así mismo no volver a entrometerse en la vida de Becca, ya le había hecho demasiado daño, era mejor dejarla libre, ya se cansaría de buscarlo, se abrazó las rodillas tratando de calmar su frío, esperando que Becca se vaya, para ir a la posología en la que se protegía de la lluvia, pero al final el sueño termino por dominarlo.

"Se sentía furioso, haber leído el diario de Alma lo había llenado de un odio que no lo dejaba respirar y estaba dispuesto a cobrar venganza y hacerle pagar por todo, Lucifer había jugado sucio y él le pagaría con la misma moneda".

-¿Está listo mi amor?, -Cuestiono Astrid sacándolo del vacío en el que se encontraba-.

-Sí pequeña, estoy listo, -Le ofreció la mano para que subiera al auto, hoy les revelarían el sexo del bebé-.

-¿Qué te gustaría que sea mi amor?

-¿La verdad?

-Sí.

-No me importa lo que sea mi ángel, porque lo amaré de todas formas y lo cuídate, los cuidaré, -Corrigió-.

Llegaron a la clínica y prepararon a Astrid para hacerle el eco, dejando ver al niño que venía en camino y que logró hacer que Reth se emocionara al punto de las lágrimas, todo parecía un sueño, un sueño que al fin se haría realidad.

Besó su frente y la miró con los ojos llenos de amor, de ese amor que nacía de su corazón y que prometía ser eterno, aquella hermosa joven lo había destruido, pero también lo había de vuelto a la vida, habían pasado por muchas pruebas y aunque a veces parecía que todo estaba perdido, dejar su Odio y Sorbebia atrás les había dado una segunda oportunidad para retomar esa historia que empezó con mentiras, pero que por algún punto se convirtió en realidad y los unió hasta que la muerte los separe.

"En el internado todo se preparaba para la elección del nuevo director, mañana sería la ceremonia y Ezra sería quién cargue ese peso, así lo había decidido Lucifer"

-¿Me llamaste?, -Entró Ezra hasta dónde se encontraba Lucifer-.

-Sí, ¿tienes todo listo para mañana?

-Sí.

-Ezra, -Le ofrece un trago-, mañana asumirás una gran responsabilidad, ¿crees que puedas con esto?.

-Sí, -Respondió sin siquiera dudarlo-, estoy listo para esto señor, no lo defraudaré.

-Espero que así sea.

Pasó unos minutos dándole indicaciones de todo lo que debía hacer, no quería que hubiera fallas, estaba harto de eso Ezra tenía que ser él elegido, no había otro candidato, llenó su copa con algo de whisky y pronto una sonrisa se formó en su rostro, la suerte jugaba de su lado.

-Hola papá, -Escuchó decir a sus espaldas, haciendo que la copa se le fuera de las manos y se rompiera en mil pedazos-.

-Alessandro, -Lo encaró con el rostro pálido-.

-He vuelto.

RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora