"Se dirigió a la oficina de Zigor completamente feliz por la reacción de Reth, saber que la apoyaba en sus decisiones era algo de mucha importancia para ella que buscaba con ansias poder tener esa familia que ella nunca tuvo".
Entró a la oficina algo molesta por la presencia de Astrid, Reth le gustaba, no era justo que estuviera casado, sobre todo con esa chica a la que ella consideraba inferior.
-Señor Reth, ya traje los documentos para la reunión.
-Gracias Judit.
-Su esposa estará trabajando aquí.
-Si, Alessandra la ha traído.
-Es lo malo de casarse, a la final las esposas quieren controlarlo todo, son muy inseguras.
-Mi esposa no, -Respondió mientras ojeaba los documentos-.
-Pues ha venido aquí para poder vigilarlo.
-No soy un niño que necesite ser vigilado, como tampoco necesito que nadie me controle para respetar a la mujer con la que me case, Astrid es mi esposa y no me interesa ninguna otra mujer, solo ella, además odio los engaños, -Dijo marcando distancia-, los documentos están bien, ya puedes irte a almorzar.
-¿Desea que le pida algo?
-No, iré a almorzar con mi esposa, -Contestó saliendo de la oficina y dejando sola a Judit, él sabía muy bien que su asistente buscaba algo más que una relación de jefe asistente y no estaba interesado en participar de ello, podía tener problemas con Astrid, pero él no era el tipo de hombre que engañaba a alguien solo para lastimarlo, sobre todo porque aun la amaba-, ¿lista para ir a almorzar?, -Preguntó entrando en la oficina-.
-Si mi amor.
-Yo también voy con ustedes, -Se juntó Zigor para dirigirse a uno de los restaurantes que quedaban cerca de la empresa y en el que también estaba Judit-.
Desde una de las mesas la furiosa asistente miraba la escena que para ella era patética, Reth haciéndole una coleta a Astrid para que su pelo no se manchara de comida, Reth limpiándole los labios como si fuera una estúpida niña que necesitara de cuidados, era patética, no se lo merecía, volvieron al trabajo y como pudo trató de disimular la frustración que le causaba la situación.
-Hola, ¿disculpa, mi esposo está?, -Interrumpió Astrid que ya había terminado su jornada laboral-.
-Sí, pero no puede atenderla.
-Solo serán dos minutos, quiero saber si quiere que lo espere, o si me voy sola.
-Es mejor que se vaya sola señora, porque como ya le dije, el señor Reth está ocupado, -Repitió como si estuviera tratando con una tonta-, además el señor Reth dijo que no quería que nadie lo interrumpa.
-Qué extraño, no recuerdo haber dicho eso, -Aseguro Reth hablando a sus espaldas y tomándola por sorpresa-.
-Señor Reth yo...
-Mi esposa no es nadie, -Continuó-, así que si viene a verme la dejas pasar, ¿entendido?.
-Sí señor, -Contestó retirándose del lugar-.
-¿Pasa algo Astrid?
-Yo quería saber si querías que te espere para irnos junto.
-Sí, espérame, solo firmaré unos papeles y nos vamos.
-Si estás ocupado puede irme en un taxi, no quisiera molestarte.
-No existe la más mínima posibilidad de que te deje ir sola, iremos juntos a casa, -La tomó de la mano y la metió a la oficina para que se sentara en uno de los sofás-.
A las siete en punto y luego de terminar con su trabajo se acercó hasta Astrid que dormía en el sofá y se sacó su chaqueta para dársela, hacía frío y no quería que se resfriara.
-Astrid rodéame la cintura con las piernas, -Le pidió a una Astrid que aun somnolienta se abrazó a su cuello para que pudiera cargarla más fácilmente-, esconde tu cara en mi pecho pequeña, -Susurró en su oído usando aquella palabra tan cariñosa que hace tiempo había dejado de decirle-, hace frío, te puede hacer mal.
Se abrazó con fuerza a su chico y una sonrisa se formó en sus labios al ver la forma tan cariñosa en que la trataba y como se preocupaba por ella, su esperanza por recuperar su amor crecía con cada detalle que su hermoso príncipe tenía con ella.
Llegaron a la casa y Reth pidió algo para cenar mientras veían una película, pero cuando llegó el momento de ir a dormir lo que había pasado la noche anterior se repitió, llenó su cuerpo con dulces caricias que buscaban dejar atrás un pasado lleno de engaños y traiciones para dar paso así al amor que aun existía entre los dos, ese amor que los había vuelto locos y que ahora los unía con un bebé que prometía ser el inicio de lo que sería una bonita familia.
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RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)
Romance¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?. ¿Qué tanto estás dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo...