A las ocho en punto salió de la ducha envuelta en una bata de color rosa pálido, secó su cabello y lo onduló un poco dejándolo suelto, tomó el maquillaje que Reth le había regalado junto con el vestido y los zapatos, rizó sus pestañas y puso algunas capas de rimel para darles volumen, algo de rubor hizo que sus mejillas tomarán un poco de color, se había arreglado de una forma muy sutil y natural, aunque quiso darle un poco de contraste pintando sus labios de un color vino, a las ocho y media se preparó para vestirse, se puso el vestido negro y los tacones, el vestido se ajustaba a su cuerpo y las mangas de encaje lo hacían ver algo sexy, aunque ella sentía que era algo corto, a las nueve en punto y cuando ya todas las alumnas se habían ido a sus habitaciones, escuchó unos nudillos golpear la puerta.
—¿Puedo pasar?, —Preguntó Reth entre murmullos del otro lado—.
—Si mi amor, pasa.
—Tengo listo el auto va..., —La observó maravillado, lucía preciosa con aquel vestido que le llegaba a medio muslo y resaltaba las curvas que su uniforme escondía, tenía un bonito y voluptuoso cuerpo, no era delgada, de hecho sus piernas tenían un buen volumen y sus caderas, ¡Dios!, eran anchas y junto con su cintura daban el aspecto de un reloj de arena—.
—¿Te gusta?
—Te ves bellísima, —Dijo acercándose a ella—.
—¿De verdad?, —Lo miró tímida, no hubo respuesta, aunque tampoco hizo falta, el beso que le dió aclaró todas sus dudas—.
—Reth, —Se alejó sintiendo que le faltaba el aire, sus besos eran exigentes y apasionados—, creí que saldríamos primero y que luego intentarías quitarme el vestido, —Sonrió tomándolo del rostro—.
—Lo siento pequeña, ha sido inevitable, —Se tomaron de las manos y salieron a escondidas del internado sin que nadie los viera—, sube linda, —Le abrió la puerta del auto para que se subiera y se dirigieron hasta un restaurante—, llegamos pequeña, —La ayudó a bajarse y entraron a un restaurante, era un lugar precioso y con un ambiente romántico, luces bajas y velas adornaban el lugar, había música en vivo y parejas bailando—.
—Buenas noches señor, —Saludó el anfitrión del restaurante—.
—Buenas noches, tengo una reserva a nombre de Reth.
—Un momento por favor, —Revisó el listado que tenía a mano—, síganme señor, —Los guió hasta a la mesa—, en breve estará con ustedes un camarero, que disfruten de su velada.
—Gracias, —Respondió Reth—, siéntate pequeña, —Retiró la silla para que se sentara, pasaron dos minutos antes de que el camarero apareciera con la carta, pidieron algo ligero y una botella de vino para acompañar la cena—.
—Es un lugar muy bonito Reth, gracias.
—Es nuestro primer mes pequeña, me alegra que te guste, —La noche se les fue entre charlas y copas de vino, le gustaba escucharla hablar, siempre tenía historias interesantes que contar—.
—Espero no aburrirte, a veces me emociono y hablo de más.
—Me encanta escucharte, no hay nada en ti que me aburra, —Tomó unas cuantas copas más de vino, estaba nerviosa por lo que podía pasar al final de la noche—, pequeña no bebas tanto, podría caerte mal—.
—Lo siento.
—Ven linda, —Se paró y le ofreció la mano—, vamos a bailar un poco.
—Mi amor yo no se bailar.
—No hay problema, yo te enseño, —Se dirigieron hasta la pista y adoptaron la postura de baile mientras una melodía que hablaba del amor sonaba, la apegó a su cuerpo para que siguiera el compás de la música—.
—Te amo Reth, —Se abrazó a su cuello y él la besó continuando con el baile, a las doce y luego de algunas copas más de vino decidieron que era hora de volver—, no quiero volver al internado mi amor, quedémonos un rato más, ¿si?
—Lo siento pequeña, pero ya es tarde, además el restaurante ya cerró y tú tomaste mucho.
—Quiero seguir bailando mi amor.
—Tenemos muchos días para bailar pequeña, pero ahora debemos volver, —Llegaron al internado y Reth tuvo que cubrirle la boca para que no hiciera tanta bulla—, linda baja la voz, despertarás a todos.
—Lo siento, —Río divertida, decidió cargarla en brazos y la llevó hasta su habitación para que descansara, pero las cosas empezaron a salirse de control, se abrazó a su cuello y lo llenó de besos llevándolo a la cama—, hazme el amor Reth, —Pidió sobre su regazo intentando sacarse el vestido, el alcohol la hacía actuar así—, quiero estar contigo, —Insistió tratando de desnudarse, pero él la detuvo—, ¿que pasa Reth?, ¿no quieres estar conmigo?
—Claro que quiero estar contigo pequeña, pero no así, estaría mal de mi parte aprovecharme de ti estando en el estado que estás, no quiero que hagamos algo de lo que puedas arrepentirte, quiero que cuando tu y yo estemos juntos sea un bonito recuerdo para ti, quiero que recuerdes cada beso y caricia que le de a tu cuerpo.
—Reth, —Juntó su frente con la suya y lo besó, escucharlo hablar así fue maravilloso, era todo un caballero, su caballero pensó, le sacó los tacones y le dió una camiseta y calentador para que se cambiará mientras él le preparaba un café—.
—Vaya, con que terminaste saliéndote con la tuya.
—No molestes Drac.
—La has traído ebria, no recordara nada mañana.
—No tiene nada que recordar.
—¿Vas a decirme que no aprovecharás la oportunidad?
—No hay nada que aprovechar, le daré este café y la dejaré dormir.
—Por favor Reth, has cogido con cuanta mujer se te a cruzado por el frente, no me salgas con esas ahora.
—Pues si, he cogido con muchas mujeres, mujeres sobrias que han querido estar conmigo, jamás me he aprovechado de alguien ni lo haré jamás, yo no soy así.
—¿Se te olvida para que estamos aquí?
—No, no se me olvida, estamos aquí para tentar a las chicas, no para violarlas —Respondió antes de cerrarle la puerta en la cara—, bien pequeña, bebe esto, —Le entregó el café para luego arroparla y dormirse a su lado, la noche había sido larga y él necesitaba descansar un poco—.
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RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)
Romance¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?. ¿Qué tanto estás dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo...