El reloj marcó las tres de la mañana del día tres del tercer mes. En el cuarto prohibido, Mirt, Drac, Ezra, Yannick y Reth formaban un círculo —ataviados de negro, con túnicas que se fundían en la penumbra—. El silencio envolvía el aire, pesado como una sombra.
Unos pasos resonaron en el frío suelo de aquel recinto —Lucifer había llegado, envuelto en un traje de puro estilo steampunk, un cigarro entre los labios—. Con un chasquido de dedos, hizo surgir una estrella de fuego en el centro del círculo, y así comenzó la reunión.
—Estamos aquí reunidos para decidir el destino de "Valknir". Como todos sabrán, Alessandro decidió marcharse —murmuró, la mentira deslizándose en su voz—, y ahora debemos hallar a quien ocupe su lugar. También estamos aquí para dar la bienvenida a Zigor.
—Zigor —susurraron al unísono, y no tardó en aparecer—.
—Sí, Zigor volverá a Valknir —anunció Lucifer, la voz resonando como un eco en la oscuridad.
—Pero Zigor decidió irse —protestó Drac, la indignación ardiendo en su pecho—.
—Sí, pero ha querido regresar, y lo aceptaremos de nuevo entre nosotros.
—Qué ridiculez.
—Repite lo que dijiste, Drac —ordenó Lucifer, acercándose con un bastón que parecía reclamar su autoridad—.
—Dije que esto es una completa ridiculez. —El golpe fue rápido, implacable; el bastón abrió su labio, manando sangre oscura—.
—Escúchame bien —dijo, tomando a Drac del mentón—, no respondas preguntas que no he formulado, ni cuestiones mi autoridad. ¿Entendido?
—Sí.
—¿Sí, qué?
—Sí, señor —respondió, regresando a su lugar, la humillación ardiente en sus venas—.
—Están haciendo mal su trabajo. Se supone que deben corromper a las mujeres que entren aquí, no enamorarse de ellas. ¿Acaso no aprenden de sus errores? Este año habrá nuevas alumnas. Ya saben qué hacer, ya que Alessandro decidió arruinarlo todo por una chica que, al final, no se ha quedado con él. Quien dirigirá Valknir de ahora en adelante será Reth. Párate a mi lado —le indicó con un gesto. La confusión llenó los ojos de Reth, pero obedeció. Drac, en el fondo, lo miraba con resentimiento—. Has demostrado ser leal y eficiente. Ahora este lugar te pertenece. Haz de "Valknir" lo que siempre debió ser.
—Así será, señor —dijo, tomando la mano de Reth y abriendo su palma con una navaja, dejando que la sangre cayera al fuego, tornándolo rojo. Al finalizar el ritual, todos, salvo Lucifer y Reth, abandonaron el oscuro recinto—.
—Quiero que me entregues a la chica, Reth.
—¿Qué chica?
—Alessandra. Sé que vendrá aquí en busca de Alessandro. No la dejes ir; haz lo que sea para que se quede y que su alma sea digna de entrar en mi mundo.
—Así será, señor. También quiero que vigiles a Zigor y, por nada del mundo, le digas lo de Karina.
—Puedes estar seguro de que de mi boca no saldrá ni una sola palabra —aseguró antes de marcharse, dejando el aire cargado de tensión.
Reth, de carácter fuerte y soberbio, era un ser que amaba el poder, controlador en todos los sentidos. Su mirada, llena de odio y rencor, solo se agudizaba con el paso del tiempo. Había amado a alguien que luego perdió; "Alma", ese era el nombre de quien tiempo atrás había amado con locura y vio morir. "Alma", un eco distante en su memoria.
Pero ya no importaba. Ahora, nada importaba. Si la vida había sido cruel con él, cobraría las deudas a su modo, en la oscuridad donde los secretos y el deseo se entrelazan.
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RETH "Capítulo 2 Obediencia" (TERMINADA)
Romance¿Estás lista para entrar en mi juego?, ¿Estás lista para ir más allá de lo desconocido y probar un poco de infierno disfrazado de cielo?. ¿Qué tanto estás dispuesta a perder?. Amor y Odio, Dulce y Amargo, Obediencia y Soberbia, Dolor y Placer, te lo...