Capítulo 10.

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10.

En muchos momentos de mi vida me había llegado a cuestionar muchas cosas de nuestro accionar como humanos, como por ejemplo el por qué siempre entre mujeres se peleaban y reclamaban por hombres, cuando alguno de ellos era el del problema.

Justo estando parada allí me cuestioné sobre si ella creía que yo intentaba robarle el novio, o ya había hablado con Karsten, por lo que decidí indagar sobre ello.

— ¿Ya le dijiste a Karsten que se aleje de mí? — Ladeé un poco la cabeza y la miré de firma sagaz.

—El problema aquí eres tú, antes estaba la muy bien — Me miró con la boca aún más apretada y el odio emanando de sus ojos.

— ¿Perfectamente bien con él poniéndote el cuerno con todo lo que se le pasaba al frente? — Alcé un poco más cejas y dejé la boca entreabierta, enfatizando mi mensaje.

—Y ahora tú queriendo hacer parte de su séquito de putas — Escupió, como si esa palabra me hubiese afectado.

—Primero, la vida sexual de una mujer no la vuelve puta en ningún momento; segundo, tú y yo no somos amigas, por lo que no me vengas con estos shows; tercero, si te ponen el cuerno no es problema de las otras, a mí no me tienes nada que reclamar, es a tu novio el que no deja a su amiguito quieto — Di un paso al frente y la miré directo a los ojos, viendo cómo se descomponía un poco toda su autoridad al verme mucho más grande que ella —. A mi casa no vienes con actos de mujeres callejeras, es más, ni siquiera deberías saber mi dirección, pero veo que tus pocas neuronas no te dejan pensar bien. Te voy a dar un consejo, ve a la casa de tu novio, ponle los puntos necesarios y si sigue igual, lo mejor es que salgas de ahí, porque tal vez no sea conmigo, porque yo no me meto en relaciones, pero puede ser con muchas más a las que no les importara herir tus sentimientos.

—No vengas con discursos que solo muestran lo superior que te crees — Alzó la barbilla y trató de verse más alta, solo que a duras penas me llegaba a la barbilla.

—Yo no me creo superior, yo soy superior. No tengo tiempo para discursos de novias ofendidas, Karsten es mi ex y de ahí no pasa, ya me lo comí hace años y no es que sea la reencarnación masculina de Afrodita, sino está aquí ahora mismo es porque yo no lo he querido, y por respeto a ti, pero no hagas que pierda eso, Ely, no sabes lo desgraciada que puedo llegar a ser — Tomé el pomo de la puerta y lo apreté con fuerza.

—Quien diría que esa cara de mosca muerta tiene muchas cosas detrás — Siseó con rabia comprimida.

— ¿Tu vienes a hablarme de máscaras de mosca muerta? ¿La que usa vestidos de niña de quince años? ¿La que se peina como monjita de convento? ¿Tú que nuestras pura dulzura por fuera pero sacas las garras con quien menos tienes que hacerlo? Querida, yo puedo ser muy mala, y no trato de mostrarme buena, porque eso nunca se me ha dado, bien he aprendido que si eres mala debes mostrarlo hasta por los poros — Di otro paso hacia adelante y vi como su pomposa actitud iba decayendo —. Largo de mi casa, no tienes permitido volver a poner un solo pie aquí de nuevo, porque lo próximo que te recibirá será una nueve milímetros apuntando a tu frente — Le di un último vistazo y noté que apretaba sus puños con impotencia. Sonreí de lado y retrocedí un poco —. Auf Wiedersehen — Me despedí en alemán, estrellando finalmente la puerta en su cara.

—Venenosa y agresiva, así me encanta mi chica — Señaló Maxon, llevándose una uva a la boca.

— ¿Era Ely Rosell? — Cuestionó Armin, empezando a colocar varias laptops en el suelo que era recubierto con una alfombra blanca y felpuda.

—En efecto, la niñita de papi vino a decirme en mi propia casa y en mi cara que me aleje de su novio cuando debería reclamarle a él por pene inquieto — Resoplé y fui hasta la cocina en busca de un vaso de agua, pero recordé que seguía sofocada por las prácticas de baile —. ¿Maxon podrías sacar un vaso de agua, por favor?

Entre Rosas Y Balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora