17.
¿Cómo podía seguir con ganas de jugar? ¿Acaso el pene no se le cansaba?
— ¿Por qué estás celoso? — pregunté, viendo como alzaba mi vestido hasta dejarme expuesta.
—Porque tu estúpido ex quiere venir a pretender que tiene así sea el más mínimo atisbo de oportunidad contigo— alzó mi pierna derecha y la dejó sobre su hombro—. ¿Acaso no ve que te corres con solo verme?
—No seas exagerado— empezó a repartir besos por mi muslo interno e instintivamente llevé mis manos a su cabello.
— ¿En serio? — Pegó sus labios a mi intimidad y empecé a jadear de inmediato—. Yo te siento bastante mojada y ansiosa.
— ¿Siempre tienes tantas ganas de hacer cosas cómo estás? — comencé a moverme sobre su boca, llevándolo todo a un nivel que me volvía loca.
—No, pero tengo hábitos insaciables, y comerte el coño es el principal de ellos— dicho eso, se dispuso a seguir con su tarea, logrando cumplirla de una forma magistral.
¿Por qué no le había pedido que se revolcara conmigo desde antes?
Estuve perdiendo tanto tiempo.
En cuestión de segundos me volví puros gemidos y jadeos incesantes, mientras me movía contra su boca y él se esforzaba en hacerlo cada vez mejor.
Él lo disfrutaba tanto que parecía sentir placer en las mismas medidas en las que yo me sentía en esos momentos.
Fue cuestión de solo segundos para que me sintiese en la cúspide del placer. Sus labios, su lengua y eventualmente sus dedos hicieron maravillas en mí.
Por unos segundos perdí conciencia de lo que me rodeaba y de lo que pasaba, pero volví en mi cuando sentí como me daban la vuelta y colocaban mi pecho contra el mármol. Luego, Axel alzó la parte trasera de la falda de mi vestido y me dio una fuerte nalgada, para de inmediato entrar en mí de una sola embestida.
El grito que solté no había salido de mí nunca antes en mi vida, y es que la forma en la que me tomó y acarició el resto del cuerpo fue algo descomunal.
— ¿Crees que él tenga alguna oportunidad contigo aun cuando yo te cojo así? — susurró en mi oído, dejando que su pesada respiración cayese en mi oído.
—No— gemí, abriendo un poco más las piernas, sintiendo como una de sus manos iba entre el mármol y mi pecho, introduciéndose en mi escote para sacarlos de su escondite.
—Me encanta tu cuerpo, Davis, es tan malditamente electrizante— se hundió mucho más y siguió tocándome por completo.
—Me voy a correr demasiado rápido si me sigues tocando así— coloqué mi mejilla izquierda contra la superficie y seguí gimiendo con fuerza.
—Esa es la idea, mein schöner Engel.
Besó mi cuello de forma lenta y siguió susurrando y gimiendo en mi oído.
Ese hombre sin duda sabía cómo llevar a alguien al nirvana con su voz y toques.
Cuando sentí que estaba a punto de correrme, me pegué completamente al mármol y traté de agarrarme de lo primero que vi, pero nada detuvo la oleada de placer que arrasó conmigo.
Sentí como dejaba su descarga en mi interior y segundos después, a ese mismo líquido bajar por mi pierna.
—Me llenaste hasta el fondo— susurré, manteniendo mis ojos cerrados y mi pecho sobre la superficie, porque sabía que si me incorporaba, las piernas me fallarían.
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Entre Rosas Y Balas.
Fiksi RemajaDesde el punto de vista de Carolein, las rosas significaban varias cosas en concreto, incluso, si le preguntaban, era capaz de enumerar cada uno de los puntos. Primero: Amor. Segundo: Pasión. Tercero: Sangre. Cuarto: Guerra. Quinto: Fuerza. Porque e...