Capítulo 44.

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44.

Holaaa.

El capítulo es muy relajado para nivelar con el extra pasado y también más corto.

Lamento no poder actualizar tan rápido, pero ya estoy en clases presenciales y no puedo seguir escribiendo mientras el profesor habla. Pero aun así trataré de traer un capítulo todas las semanas así sea el domingo :3

....

— ¡Samir! ¡Te dije que me dieras la marihuana normal! ¿Qué carajos que diste ahora? Sabes que cuando fumo algo raro veo alucinaciones— señaló su nieto, sin creer que realmente estuviese ahí.

—Abuela, esa no es una alucinación— le respondió el moreno, asegurando que la marihuana no estaba mal.

—Por supuesto que no es una alucinación— murmuró Arkanis, dando unos pasos bastantes airados.

En respuesta, Axel se zafó de mi agarre, alcanzando a su primo para golpearlo en la parte posterior de la rodilla, haciendo que cayera. Se subió sobre él y dejó una de sus rodillas presionando la espalda del rubio.

—Te prohíbo hacer un espectáculo— hizo que su mejilla pegara contra el piso y así lo inmovilizó por completo—. Si quieres matarlo que sea fuera de este lugar; no vas a arruinar la noche— con toda naturalidad, el resto de hombres se formarán delante de ellos para que nadie pudiese apreciar la manera en la que Axel mantenía a su primo contra el piso.

— ¡Voy a matar a ese hijo de puta!

—Son hermanos— le recordó Conrad, tomando vino mientras miraba a su alrededor.

—Como si me importara la vagina de la que salimos— gruñó, tratando de zafarse sin ningún éxito.

—Te calmas o hago que duermas hasta que salga el sol— lo presionó aún más contra el piso y en un momento dado, Arkanis tuvo que rendirse, prometiendo no hacer nada que arruinara mi fiesta y le costara la integridad de su garganta—. Si haces el más mínimo movimiento, haré que te amarren a la estatua de la libertad— se levantó del piso y pasó la mano por su cabello como siempre lo hacía—. Mi pastel— regresó a mí y tomó el plata otra vez.

—Hola— saludó un muy tímido Atalaya.

Debía de tener la misma edad de Elian, se veían contemporáneos. Arkanis lucía más de la edad de Axel y otros sus dos hermanos. Lo reparé de pies a cabeza y noté que la edad no era lo único diferente, su rostro y otras cosas relacionadas a su presencia me mostraban a alguien muy distinto a Arkanis. Físicamente, distaba de parecerse a Andreus, su hermano, Conrad, Olimpea, Axel, Olimpico o Alexander, pero si se podía ver cierta relación con Samir, siendo ellos dos los más distintos de la familia. Seguramente guardaban mayor parecido con sus madres que con su familia paterna.

Arkanis se levantó y limpió su traje, mirando iracundo a su hermano.

—No harás nada— Apolitea lo señaló y se acercó al castaño—. ¿Estás bien? ¿Cómo sabías que estaríamos aquí? — Puso sus manos sobre las mejillas pálidas del muchacho y lo observó con atención, buscando cualquier herida o moretón, línea, enrojecimiento o rasguño, cualquier cosa que mostrara que tenía una mala condición.

—Estoy bien, Samir me contactó, dijo que era importante para Axel— explicó, girando hacía mi—. Atalaya Morgenstern— extendió su mano y se presentó. La estreché y sonreí un poco.

—Carolein Davis.

—Lo sé, un placer— solté su mano y dio un paso hacia atrás.

—Vayamos a comer algo— Conrad pasó un brazo por sus hombros y se lo llevó.

Entre Rosas Y Balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora