Capítulo 9.

2.5K 315 68
                                    

Observen al bello y precioso Axel Morgenstern/Sebastian Stan.

9.

El helicóptero había llegado, desplegando así un escuadrón de soldados que terminaron por acorralar a los que quedaban dentro, además de que también había traído a Antón y Constantine Morgenstern.

—Reuinión de los jefes de la división extraordinaria, ahora- Gritó Antón, caminando hacia el quinto piso—, y los Morgenstern también.

Como agente principal de la misión 023, debía ir a la reunión junto a Maxon, pero tenía cierta renuencia, Antón de veía demasiado molesto y yo no estaba lista aún para contemplar a un Morgenstern en ese estado.

— ¿Me acompañas a que solucionen esto? — Preguntó Axel a mi lado, sosteniendo un pañuelo sobre la herida de su hombro.

—Por supuesto— Concedí, tomándolo de su brazo bueno y llevándolo hasta la enfermería.

—No creo que te guste ser regañada por el abuelo, aunque no sea de forma directa— Comenzó a decir de la forma más tranquila posible, como si no tuviera una herida de bala en el hombro.

— ¿Has tenido que soportar muchos? — Pregunté, viéndome bastante interesada por la vida de Axel.

Él y su mellizo eran los más callados junto a Olímpico, solo que Conrad era taciturno por ser metódico y elocuente, Axel era todo un misterio, incluso daba la impresión de que se lo guardaba casi todo para él mismo, lo cual hacia que mi curiosidad por él aumentara, sin contar de que habíamos empezado a trabajar más juntos.

—Demonio no fue un apodo hecho por puro gusto, un factor que influyó mucho en él fue el que siempre me consideraron el niño malo de la casa— Empezó a decir, haciendo una que otra mueca de dolor, pero disimulándola al instante—. Cuando pequeño siempre fui al que le llamaban la atención, aprendí lo que era la vida de soldado antes que los otros que también tiene mi edad.

— ¿Cuántos años tienes?

—Veinticuatro, junto a Conrad, Samir solo nos lleva dos años y Elián tiene tu misma edad, el mayor es Andreus con treinta.

Sugar daddy.

— ¿Y empezaste a ser castigado estilo militar antes que él?

—Sí; despertaba a las cinco de la mañana a hacer ejercicio a partir de los diez años, me debía ganar mis comidas, los regalos, las salidas, hacia cosas bastante malas y me gustaba llamar la atención, era muy difícil destacar entre tantas personas en una sola casa, sobre todo cuando Olimpea de robaba toda la atención.

— ¿Por qué parece que Olimpea siempre es el centro de atención?

—Porque lo es, es la única mujer que de nacimiento tiene nuestro apellido, siempre habían nacido hombres hasta ella.

— ¿Por qué?

—No sé, tal vez no nos funciona la bola izquierda o algo así— Soltó con naturalidad, haciendo que yo desviara de inmediato la mirada con antipatía.

—Por supuesto que tú dirías algo así. Sígueme contando.

—El abuelo la vio como algo nuevo, algo curioso con lo que trabajar, él tenía planes para ella, planes que sobrepasan los que tiene con nosotros, pero eso lo verás más adelante— Subimos los peldaños, pero no dejamos el tema de lado, él seguramente tenía mucho que decir—. Cuando tenía ocho años me expulsaron de un colegio por vender revistas porno, yo manejaba a los grados de primaria y Andreus los de arriba, allí donde lo ves con su pinta de nerd galán tiene su lado oscuro.

Entre Rosas Y Balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora