Extra: Gap age.

1.7K 175 32
                                    

Holaaa, sé que esperan en próximo capítulo, pero me estaba sintiendo algo estancada y no quería entrar en bloqueo, así que hice este. 

Disculpen si hay demasiados errores, es que el capitulo es extremadamente largo y quiero subirlo ya.

Antes de leer el capítulo, les pido por favor que si llegan a sentir que algo es muy fuerte e incómodo lo tomen con la mayor discreción de todos. Si se vuelve demasiado no hay problema si no lo leen. Axel es un personaje que aprecio mucho y este capítulo muestra una parte importante de su vida y les daría contexto sobre ciertas cosas que pasarían más adelante.

Quizás para algunos no sea demasiado pero reconozco que todas las personas son distintas y hay algunas más sensibles, entonces si no terminan de leerlo de igual forma yo trataré de explicar lo necesario en los próximos capítulos.

Cada quien es libre de tener criterio propio y una opinión sobre lo que leen, no voy a respaldarme en que esto es ficción porque son temas delicados en los que estoy haciendo el mayor esfuerzo para tratarlos de forma correcta. No voy a explicar ni nada porque el capítulo se debe explicar por si solo. Solamente pido que tengan la mente abierta y sean empáticos a la hora discernir y comentar.

También traté de usar la narración necesaria para no romantizar las temáticas que se tocan aquí y ofrezco disculpas si algún detalle está mal tratado, más adelante lo corregiré :3

...

Axel Morgenstern.

16 años.

—Darling— la insistente voz de mamá se extendió una y otra vez a través de la puerta y las paredes que me mantenían encerrado en la habitación—. ¡Darling! ¿Qué haces? Ya debes estar abajo desayunando, ¿Pasa algo?

— ¡No! ¡Estoy bien! Bajo enseguida— mentí apresurándome para guardar todo en los lugares que sabía que nadie revisaba.

¿Qué haría con el olor? Todo el lugar olía a marihuana y un poco de coca, sin contar el alcohol regado en las sábanas.

—Está bien, te espero abajo. No tardes, por favor— no insistió más, ella nunca lo hacía. No quería presionarme, tampoco entrometerse, ella esperaba paciente a que yo diese el primer paso. Había aprendido que avisándome y buscando cosas que nunca le daría, nuestra relación jamás sería cordial o amorosa.

Retiré las sabanas y revisé que el alcohol no hubiese llegado al colchón. Lo toqué y estaba completamente seco. Busqué otras que estaban en el armario y cambié todo.

En quince minutos tendría que estar subiéndome al auto para que me llevasen a la escuela. Ya todos debían estar comiendo, solo faltaba yo.

Giré sobre mi propio eje y reparé en la habitación, buscando cualquier otra cosa que delatara lo que había estado haciendo toda la noche.

De la cama mis ojos pasaron al escritorio, justo en donde aún seguía un poco de polvo blanco. Lo evalué por unos segundos y apreté las manos, antes de caminar hacia él, sentarme en la silla de oficina y hacer una línea con la tarjeta de crédito que había al lado. Me incliné y con el rollo de billete que había hecho, esnifé hasta pasarlo todo. Me enderece lentamente y me sacudí la nariz, antes de que la puerta se abriera abruptamente.

Di un salto ante la sorpresa y me giré, viendo a Andreus ahí parado. No hacía falta que me preguntara qué había estado haciendo, lo veía claro y el olor no le pasaba desapercibido.

—Échate agua en la cara, yo me encargaré de que nadie se dé cuenta— ordenó, a lo que asentí sin decir nada.

Al ser el mayor, era el que tenía más experiencia, responsabilidad y sabiduría, pero también era quien nos ayudaba e encubría. Quizás algunos esperarían que fuese un soplón, pero Andreus en realidad era quien se encargaba de nosotros para no tener problemas con nuestros padres o los abuelos, claro que eso no nos libraba de tener su sermón, y viniendo de él, se sentía casi tan mal. Él era nuestro modelo a seguir más directo, pero eso no evitaba que respaldase a sus primos en lo que creía que se podía solucionar y no era tan grave.

Entre Rosas Y Balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora