24.
Por favor, revisen si ya han leído los capítulos pasado, creo que en ocasiones Wattpad no notifica de forma adecuada las actualizaciones, gracias :3
Axel Morgenstern.
Se sentía tan bien. Sus besos hacían que me sintiera tan bien, pero debía separarme, ya habíamos llegado y entre más rápido entráramos, más rápido podíamos salir.
—Debemos entrar— dije, separándome sin éxito alguno, porque volvió a tomar mi rostro para que la siguiera besando.
—Un minuto más— pidió, pasando las manos por mi pecho.
Era irremediable.
—No, cuando salgamos, ahí podemos hacer todo lo que quieras— mentí, sabiendo que después de salir se ahí no estaría en las facultades necesarias para poder tener algo íntimo.
Resopló resignada y se bajó de mi regazo, ajustando la falda del vestido y el escote que había estado tentado a bajar por completo para tener el rostro contra sus preciosos pechos.
Acomodé mis pantalones y el saco para que no fuese tan obvio lo que había ocurrido ahí abajo.
—Tu soldado dice algo muy diferente a lo que tu boca pronuncia— se cruzó de brazos y fijo la vista en mi entrepierna.
—El soldado es un estúpido que no obedece órdenes— abrí la puerta de la limusina y ella salió, dejándome la vía libre.
El club frente a nosotros tenía una fachada moderna y como en casi toda la ciudad, el tráfico vehicular y peatonal se encontraba como siempre en los fines de semana, dejándonos poco espacio para transitar.
Así era New York, o se iba rápido o la jungla de concreto te tragaba.
—Debo entrar por la otra puerta, tú entraras por la delantera con el resto de personas— señaló, pasando una mano por su vestido, antes de alzar la cabeza y apretar el pequeño bolso entre sus manos.
—Estás perfecta— apreté una de sus manos y deposité un beso en su mejilla—. No tienes nada de qué preocuparte, todo saldrá bien.
En respuesta, suspiró y acarició una de mis mejillas, dejándome paralizado con el solo acto.
—Gracias— se limitó, besándome como lo había hecho aquella vez que vio la limusina.
Recordaba bien que no me lo había esperado, me había tomado con la guardia baja, pero eso había hecho que me gustase más aunque solo había sido un simple contacto.
Camino hasta la entrada y ella se desvió, yéndose por una más pequeña. Hasta que no observé como si silueta desaparecía por la puerta, no entré a dónde me correspondía.
A mi lado llegaban más personas, todos hombres, además de que contaban con una posición influyente en la alta sociedad, según los que pude reconocer.
Para entrar al lugar, tuve que mostrar la invitación que Rosell le había dado a Davis. Tras eso, los guardias permitieron mi ingreso, mostrándose el caótico interior.
Las Luces estaban bajas, casi todo se veía oscuro, principalmente los rincones que no eran iluminados por las luces violetas. Había un enorme escenario en donde las bailarinas se movían alrededor se las barras de metal, con solo un pequeño tanga negro en sus cuerpos. Los muebles alrededor mantenían la misma gama de colores. Las pocas luces blancas que había estaban solo en las barras que eran atendidas por más mujeres, pero ellas llevaban el rostro cubierto con máscaras que parecían hechas en látex, ya que se adherían por completo a su rostro, incluso cubrían sus cabezas, dejando un orificio en la cima para que pudiese salir su cabello.
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Entre Rosas Y Balas.
Novela JuvenilDesde el punto de vista de Carolein, las rosas significaban varias cosas en concreto, incluso, si le preguntaban, era capaz de enumerar cada uno de los puntos. Primero: Amor. Segundo: Pasión. Tercero: Sangre. Cuarto: Guerra. Quinto: Fuerza. Porque e...