EN EL CORAZON NO SE MANDA

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Habían estado despiertos hasta muy entrada la noche platicando y sobre todo bebiendo, se encontraban bastante estimulados con el alcohol, de repente se sentían feliz, de repente eufóricos, y sus movimientos eran descoordinados y torpes.

Gloxinia: No me siento bien, creo que voy a vomitar – Advirtió tapándose la boca.

Meliodas: Hay que poco aguantas.

Gloxinia: Sabes que, mejor me voy.

Meliodas: Seguro que te encuentras bien para irte.

Gloxinia: Sip, solo mira – Pido alzando el vuelo, pero al avanzar torpemente se golpeó contra un árbol.

Meliodas: Jejejeje.

Gloxinia: ¿Quién me arroyo? – Pregunto estando en el suelo volteando para todos lados – No te rías – Ordeno volteado a ver al rubio, pero este ya se encontraba dormido como estrella, sosteniendo aun su tarro de cerveza con el líquido desparramado en el pasto – Me dejo con la palabra en la boca, maldito demonio – Dijo algo irritado.

Volvió a incorporarse para tratar de volar, pero nuevamente volvió a estrellarse con el mismo árbol – Pero qué demonios – Dijo más molesto – Ba, mejor camino.

Y así tratando se fue caminando, sus pasos eran bastantes descoordinados, y ni siquiera sabía a donde se dirigía – Ya me perdí – Afirmo despreocupado, de pronto sintió como alguien lo sostenía y lo ayudaba con su andar, solo de dejo hacer.

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Se encontraba en un estado etílico casi inconsciente, pero podía percibir ciertas cosas, porque de pronto empezó a sentir un cierto estimulo bastante agradable en medio de sus piernas – Mmmm – Sonidos algo sugerentes empezaron a salir de su boca haciendo que lo que estaba haciendo tal labor se moviera más rápido, torpemente dirigió su mano derecha entre sus piernas y sintió un bulto que danzaba al compás de los estímulos que le estaban proporcionando.

Tomo algo entre sus dedos, lo levanto para ver que era, apenas si pudo ver que eren unos mechones de cabello, pero no pudo distinguir su color, así como apenas y pudo reaccionar ya que con lo alcoholizado que estaba, se encontraba sumamente más sensible haciéndolo llegar a su límite, pero de pronto se vio interrumpido – Heeyyy – Se quejo el pelirrojo, frunciendo su entrecejo con los ojos cerrados.

Xxx: Tranquilo – Escucho una fina voz.

De pronto sintió que algo le quitaron de la cintura para abajo, el solo se dejó hacer sin saber que, hasta que sintió como era tomado su miembro y sintió que algo lo envolvía, haciendo que volviera a soltar un gemido de satisfacción, moviéndose sobre él, sus manos fueron dirigidas hacia las caderas de su acompañante para que pudiera sostenerlos, su amante se retorcía y brincaba de placer sobre su rey.

De que un momento a otro, el empezó a divagar en su mente, empezando a pensar en la albina con aroma a rosas, recordando ese excitante aroma lo estimulo aún más, a tal punto que sus manos sujetaron con más fuerzas las caderas de su amante pidiendo por más, y así, moviéndose con más salvajismo sobre él, Gloxinia abrió los ojos tratando de enfocarla, pero su mente le jugó una mala pasada, porque a la que miraba era la chica que robaba el aliento y sus pensamientos.

No podía creer que la tenía así, en esta situación, su boca se abrió por el estímulo de verla, perspirando cada vez irregular por lo deseoso que se encontraba por ella, mirándola brincar sobre él, sus pechos danzaban sensualmente al compás de sus movimientos, tomo uno de sus pechos con su mano derecha, mientras que la otro seguía afirmándose a su cadera, de pronto recordó lo que le había dicho la peliblanca la primera vez que la vio: "Quiero que seas mío".

TU FRIO CORAZON (TOMO UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora