TU FRIO CORAZON (TOMO UNO)

SOLO CONTIGO

Todo estaba en sepulcral silencio, Lunala esperaba una explicación y nadie se atrevía hablar ni voltear a encararla.

Lunala: Vaya – Hablo al fin para cortar aquel silencio - Esto me recuerda a todas las veces cuando nos encontrábamos delante de la matriarca y se tenía que hablar delante de ella, y todo recaía en la hija más pequeña del matriarcado ¿Lo recuerdan? – Pregunto sarcásticamente.

Luzmar: Princesa – Pronuncio afligido alzando la vista para verla.

Lunala: O como cuando se tenía que dar alguna explicación o mala noticia y yo tenía que darlas, porque todos se quedaban callados volteándome a ver, recayendo todo el peso de los enojos y reclamos sobre mí ¿Si lo recuerdan? las veces que tuve que ser regañada, hostigada y humillada, y nadie, ni el concejal, ni siquiera los príncipes mayores se atrevían a defenderme, a pesar de que yo no tenía la culpa de los problemas ¿Si lo recuerdan? - Volvió a repetir - Todo recaía en mí.

Hablo molesta y exasperada descargando en ese momento todo el peso que tenía cuando pertenecía a la Familia Lunar, Gloxinia miraba sorprendido a la ojiplata, ahí se había  dado cuenta de que, a pesar de haber nacido en el oropel, llevaba una vida miserable.

Hamir: Lo sabemos princesa, y de verdad nos sentimos apenados por ello, pero usted sabe cómo es el matriarcado.

Lunala: Lo sé, pero no estamos en el imperio, hablen, no tengan miedo ¿Qué es lo que quieren decirme? saben que soy paciente, pero no tolerante.

Los cuatro caballero se encontraban con la cabeza gacha, Gloxinia podía notar que hasta estaban temblando delante de ella, incluyo los dos mayores, dirigió la vista hacia ella, se miraba impresionantemente imponente, pensando que no podía creer como es que los estaba sometiendo a los cuatro con su solo humor y presencia.

Luzmar: Princesa, le pedimos que no nos expulse de este lugar y que nos acepte a su lado, déjenos demostrarle que somos leales a usted.

Lunala: Primero quiero saber porque desertaron ¿Por que dejaron una posición tan importante en el imperio? Ustedes dos tenían una de las mejores vidas, dignas de su posición, ustedes eran de los caballeros de más alto rango.

Hamir: Nos fuimos, porque ya no toleramos tanta injusticia, maldad y desinterés por parte del matriarcado.

Lunala: Explícate - Exigió saber.

Luzmar: Usted sabe que desde la muerte del Rey Setos, el letargo de la matriarca y desde que la segunda mano tomo el mando, las cosas no han ido nada bien.

Hamir: Y la situación empeoro aún más, cuando usted nos abandonó, los impuesto aumentaron, dejando sin sustento a los aldeanos, el alimento empezó a escasear, el pueblo se está muriendo de hambre, provocando que la delincuencia aumentara aún más.

Lunala: ¿Y me están culpando a mí de lo que está pasando en el imperio?

Hamir: Por supuesto que no, es solo que el sistema de regir ya no existe, las leyes han cambiado y solo les beneficia a unos cuantos.

Luzmar: Todo lo están controlando la segunda mano y sus hijos, a ellos solo le interesa mantener sus riquezas, lujos y protección para ellos.

Hamir: Nombraron General Supremo a Azel y ha hecho y desecho a su antojo, castigando y matando a todo el que los contradigan.

Lunala: Pero ¿Y el concejal? ¿Por que ha permitido todo eso?

Hamir: No lo sabemos, pero no han hecho nada para detenerlos.

Luzmar: Nosotros no estábamos de acuerdo con el nuevo sistema, aun siendo caballeros que juraron lealtad al imperio, pero ya no soportamos tanta injusticia y desigualdad... Uno de los detonantes para abandonar el lugar fue cuando el pueblo se alzó en armas.