TU FRIO CORAZON (TOMO UNO)

ELLA QUERIA

Salir solo, fuera de los límites del Bosque estaba prohibido, al menos que fuera por causas de fuerza mayor, era muy peligroso, pero de verdad, no se encontraba de ánimos para nada, no quería ver a nadie, estaba en un estado bastante deplorable, y no querían preocupar a nadie, tampoco quería causar lastima, ni decepcionar a su clan, ella debía verse fuerte y decidida para ellos, ya que ellos dependían de ella, era su líder, y su líder no podía verse vulnerable.

De tanto correr, llego a aquel campo de flores donde se encontraba aquella hermosa cascada, donde había estado con Gloxinia, recordó aquel momento donde se habían besado apasionadamente, conociéndose y explorando la piel de cada uno y volvió a quebrarse dejándose caer de rodillas.

Observo su reflejo en el agua cristalina su rostros desfigurado por la tristeza, esa no era la Lunala del pasado, la líder guerrera que se había convertido en General a muy temprana edad, la que lideraba a miles de soldados y podía someterlos con su sola mirada y presencia, no ocupaba más, ella no gritaba, no exigía, simplemente hablaba y los demás obedecían; Si sus soldados en el Imperio la miraran, incluso su familia ¿Qué dirían?, en ese momento no hay nada de aquella chica de piedra dura e inflexible.

Se sentía sola y vacía, ya no encontraba sentido a la vida, ya no tenía a su padre y sus hermanos, a su tío, incluso no sabe sobre la situación de su madre, eso también la entristecía, y ahora que descubrió los sentimientos que tiene por el Rey Hada y que él jamás le corresponderá, le partía el alma.

Lunala:  Ya no quiero seguir así, quisiera dormir profundamente y no volver a despertar - Hablo pensando en voz alta... Sin darse cuenta de que detrás de ella se encontraba un gran, imponente e irritado toro salvaje observándola.

Escucho un gran y sonoro mugido, al escuchar tan estruendoso sonido, la albina rápidamente volteo para saber qué era lo que había realizado tal ruido, dándose cuenta de que se trataba de un cornúpeto, al observarlo bien, vio que no era un animal ordinario, era enorme, sus ojos eran rojos y de su nariz salía humo, como si se estuviera quemando por dentro, pero lo que más le llamo la atención y preocupo, era que tenía un nivel de fuerza bastante grande, eso no era normal en un animal ordinario.

Sin dejar de observarlo, lentamente se levantó del suelo poniéndose a la defensiva, sabía que en la posición tan hostil en la que se encontraba el animal, era indicio que en cualquier momento la iba a atacar.

Y así sucedió, se abalanzo hacia ella, Lunala solo lo esquivo, no quería dañarlo, pero nuevamente el animal se le acerco a atacar, y ella solo esquivaba.

En uno de los ataques de aquel enorme animal, Lunala brinco por encima de el para poder esquivarlo, pero el animal fue más rápido y la córneo de lado derecho de su muslo, ella soltó un quejido de dolor al sentir haber sido atravesada por aquel filoso cuerno y perdió el equilibrio, haciendo que cayera de costado sobre el campo de flores.

Del cuerno de toro empezó a correr la sangre de la albina hasta caer en su hocico, haciendo que sacara la lengua para poder saborearla - ""MMM, ERES TU, TE ENCONTRE"" - Afirmo, hablando mentalmente aquel animal, cosa que Lunala no escucho, y volvió a abalanzarse hacia la ahora lastimada chica, ella trato de invocar alguno de sus poderes, pero no tuvo tiempo, el animal iba tan rápido, que la chica solo pudo atinar a cubrirse cerrando fuertemente los ojos para recibir el golpe... Pero este... Nunca llego.

Lentamente fue abriendo sus ojos de plata, para darse cuenta de que el corpulento animal se encontraba levitando por los aires, hasta que de pronto fue lanzado hacia el otro lado - ¿Qué fue eso? - Se pregunto la chica, ya que ella no tenía esa habilidad.

La que había realizado tal hazaña era Megan, la chica rubia, quien había llegado justo a tiempo.

La albina la observo realizando varios movimientos extraños con sus manos, y empezó a luchar contra aquel inmenso animal que ahora se había lanzado hacia ella.