A ELLA NO

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Se encontraba recostado en su futón, hace mucho tiempo que no descansaba tan placenteramente de esa manera, hasta podía percibir el aroma de la piel de Lunala - Que fuerte se siente, que rico – Dijo somnoliento sonriendo feliz acurrucándose de nuevo en su almohadón.

Pero sintió algo raro... Su almohadón se sentía diferente, empezó a sentir un cosquilleo en su nariz, también sentía algo de peso sobre él, lentamente abrió sus ojos perezosos, hasta que pudo visualizar que su blanca almohada, no era exactamente una almohada, eran ¿Cabellos? Se pregunto.

Hasta que por fin pudo notar la presencia de alguien acomodado muy agusto en su regazo, quien se encontraba dormida en el mismo futón abrazándolo - "Hii"- Chillo - ¿Qué hace aquí? - Se pregunto mentalmente sorprendido, no lo podía creer, paso saliva en seco, ahora que iba hacer.

Gloxinia: Hee, Lunala, Lunala - Le llamo por lo bajo zarandeándola un poco para poderla despertar, pero no reaccionaba, al contrario, se aferraba más a él, haciendo el hada se tensará más por su fuerte agarre.

Su corazón palpitaba a mil por segundo por la cercanía y la posición tan comprometedora en la que se encontraban - Haaa - Suspiro resignado tratándose de relajar, volteo a ver a su rostro dormido y tranquilo, pensando que hace mucho que no estaban así de cerca, no aguanto la tentación y aspiro su aroma, ese aroma que le encantaba.

Volteo a ver hacia el ventanal de su habitación y pudo observar que aun no amanecía - Bueno - Pensó - No está de más dormir un rato más - Y así volvió a intentar dormir otra ratito, acurrucándose en los brazos de la albina, no podía desaprovechar esta oportunidad, ya más tarde se enfrentaría a aquella situación tan bochornosa.

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UN PAR DE HORAS MAS TARDE

Los primeros rayos del sol se colaban en aquella habitación, el trinar de las aves empezaban a escucharse, poco a poco unos ojos grises empezaban a abrirse al escuchar como empezaba el día, se sentía tan bien estando recostada en esa posición que no quería moverse, un aroma a  pino sacudía sus fosas nasales, era agradable y tranquilizador.

Pero al irse agudizando sus sentidos, empezaba a escuchar unos latidos de corazón, se le hizo algo extraño, también el hecho de sentir otra piel debajo de ella haciendo que se levantara de golpe alarmada, acción que hizo que Gloxinia se despertara de repente y mirara a la chica alterada, mirándose sacados de onda por un rato.

Lunala: ¿Su majestad? ¿Qué hace en mi habitación? - Pregunto asustada.

Gloxinia: Tranquilízate Lunala, mira a tu alrededor, estas es mi habitación - Afirmo.

Lunala: (Obedeciendo, volteo hacia todos los lados, dándose cuenta de la realidad) - Esta no es mi habitación - Confirmo - ¿C-como es que llegue aquí?

Gloxinia: No lo sé, cuando me di cuenta, estabas profundamente dormida.

Lunala: ¿Qué paso? – Pregunto apenada, agachando un poco la mirada.

Gloxinia: No despertabas por más que te llame, así que te deje dormir un rato más, no pienses que me aproveche de la situación.

Lunala: Por favor discúlpeme - Rogo con toda la vergüenza del mundo.

Gloxinia: No, no, está bien, no te preocupes, de seguro caminaste dormida, no es tu culpa.

Lunala: Pero es que no está bien, no sé qué me paso.

Gloxinia: Ya te lo dije, no te preocupes.

Lunala: Pero que va a pensar de mí.

Gloxinia: Lunala por favor créeme – Tocando su hombro derecho para reconfortarla, haciendo que lo viera a los ojos, estaba bastante apenada - Yo no pienso nada malo de ti – Viéndolo con sinceridad.

TU FRIO CORAZON (TOMO UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora