ES IMPOSIBLE

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Se estaba en su habitación, aun no amanecía, se sentó a un lado de ella para admirarla, verla en todas sus facetas le parecía fascinante, nunca se cansaría de eso, el día anterior fue un día muy pesado y revelador para ambos, las sensaciones y emociones para ellos, fue demasiado, más para Lunala que nunca las había experimentado, pero para el fue hermoso ver como ella respondía a sus caricias.

Acariciaba con ternura su tierna y regordeta mejilla, haciendo que con este acto que poco a poco abriera los ojos somnolienta.

Gloxinia: Hola – Saludo con el rostro lleno de amor hacia ella a mas no poder.

Lunala: Hola – Respondió tocando con su mano, la mano que acariciaba su mejilla – ¿Qué pasa? ¿Qué hora es? - Pregunto algo desorientada.

Gloxinia: Aun no sale el sol, solo vine a despedirme, tengo que partir a una misión de inmediato.

Lunala: ¿A dónde vas? – Pregunto un poco más despierta.

Gloxinia: Nos ordenaron de Stigma que debemos atacar una base que tienen los demonios al sur y al parecer tienen a un cautivos.

Lunala: Voy con ustedes - Hablo sentándose de inmediato en el futón.

Gloxinia: Tranquila – Pidió sostenerla por ambos hombros - Solo iremos unos cuantos, de los cuales no fuiste convocada.

Lunala: Pero.

Gloxinia: Pero nada, tu quédate tranquila y cuida del bosque, además creo que Ludociel tiene otra misión en los cuales te incluirán a tu, ten mucho cuidado cuan salgas y por favor lleva la rosa contigo, no te despegues de ella.

Lunala: Lo mismo te pido a ti, cuídate y regresa pronto, y no te preocupes – Mostrándole la muñeca donde tenia tan preciado regalo – Siempre lo traigo conmigo, no lo dejare.

Gloxinia: Por favor cuídense entre tú y mi hermana.

Lunala: No te preocupes yo cuidare de ella.

Tuvieron que despedirse dando un largo abrazo, Gloxinia deposito un tierno y casto beso en su frente y después en sus rosados labios, ninguno de los dos quería separarse, pero tenían que hacerlo.

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Varios días habían pasado ya, y el grupo de asalto aun no volvía, todos se encontraban preocupados, pero sabían que aun se encontraban luchando, habían mandado a otro grupo como refuerzo de los cuales Lunala pidió ser enviada, pero le fue denegada la petición, ella tenía otra misión y ese era ayudar a resguardar la base y el bosque, aunque el lugar estaba tranquilo, había que estar atentos, cualquier cosa podría suceder.

Era su hora libre y decidió ir a buscar a Gerheade para ver en que podía ayudar, siempre fue muy activa y no le gustaba quedarse sin hacer nada.

Gerheade: Hola Lunala como te encuentras – Pregunto al verla acercarse hacia ella.

Lunala: Preocupada, aun no regresan.

Se escucho un audible gruñido a un lado de ellas, dándose cuenta de quien se trataba.

Branwen: Con permiso tengo que ir por más bayas - Anuncio de mala gana la peliverde retirándose del lugar, no toleraba ver a esa princesita.

Gerheade la miro algo tensa y Lunala como si no fuera nada del otro mundo, le daba igual si le caía bien o no.

Gerheade: Y ¿Qué te trae por aquí?

Lunala: Estoy de descanso, y vine a ver si ocupaban ayuda.

Gerheade: Ha pues, estamos preparando los alimentos para la comida, si lo deseas puedes ayudarnos.

Lunala: Por supuesto.

TU FRIO CORAZON (TOMO UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora