LA GRAN SORPRESA

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Llevaba casi tres días inconsciente, ese incremento de energía expulsado del cuerpo de Lunala era demasiado, según lo que había conversado con la anciana Emylce era que cuando esto pasaba, tenía que asentar toda esa cantidad de poder y que su cuerpo se tenía que acostumbrar a ella, porque cada vez que eso pasa, Lunala se hacía más fuerte física y mágicamente, por eso era que tardaba días en reaccionar, y cuando lo hacía, no recordaría absolutamente nada.

Aunque eran solo unos pocos los que se habían enterado y se habían dado cuenta de lo que había pasado aquella noche, lo mejor para todos era borrarles la memoria de lo que había ocurrido, por protección de la princesa y ellos mismos, daban gracias a los dioses que el Arcángel Ludociel no se encontraba en la base, ya que hubiera sido un problema lidiar con él.

Ahora bien, ¿Cómo iban a realizar tal azaña de borrar memorias?, pues la única que podía realizar tal labor era Elva, la anciana curandera del clan de las hadas, ya que era la única que poseía y tenía ese habilidad y era una ventaja que estuviera de su lado, era la hada más anciana del clan, era habilidosa en prácticamente en todo, incluso poseía un vasto conocimiento en herbolaria, lo cual le servía de mucho para la elaboración de brebajes medicinales, bastante efectivas por cierto, era la única del clan que tenía la habilidad de entrar en la mente de quien sea y borrar recuerdos, y eso fue lo que hizo por acuerdo y orden de su Rey en concordancia solamente con Meliodas, Elizabeth, Drole y ahora Gerheade, ellos serían los únicos que recordarían aquella noche.

Aunque los ataques en el Bosque no se hicieron esperar, tan pronto como había ocurrido aquel acontecimiento, los demonios se hicieron presente, incluyendo algunos de los miembro de los diez mandamientos, y otro grupo de elite llamado los seis caballeros negros, que no era tan poderosos como los primeros, pero igual daban demasiados problemas, obviamente, fueron a reclamar al portador, pero el grupo rebelde se hizo de la vista gorda, alegando que no sabían que era de lo que estaban hablando.

Al final el enfrentamiento quedo prácticamente en empate, obviamente con varias bajas de ambos bandos, pero al final, los que quedaban de lado de los demonios tuvieron que retirarse al percatarse que habían aparecidos dos de los arcángeles más poderosos, Ludociel y Mael.

Ludociel: ¿Qué fue lo que sucedió? – Pregunto al terminar la batalla y retirarse el ultimo de los demonios - No me sorprende que esos asquerosos demonios vengan a atacarnos de sorpresa ¿Pero porque preguntaron por el portador? ¿Acaso lo encontraron? ¿Ya está aquí?

Mael: El portador, ¿Qué es eso?

Elizabeth: No sabemos porque preguntaron por el portador.

Meliodas: Aun no sabemos dónde esta y si sigue con vida, lo único que sabemos es que han muerto varios miembros del clan lunar.

Ludociel: Tengo entendido que la princesita arrogante está aquí, ella debe de saber, es imperativo que nos lo diga para que el portador nos apoye a ayude a terminar con esta guerra.

Elizabeth: No lo sabe, créeme ya le preguntamos, y no tiene idea de quien puede ser.

Meliodas: Como te dije, varios miembros del clan lunar han muerto, posiblemente el portador lo esté ya.

Ludociel: Esperemos que para nuestro bien, no sea así, o sería una lástima que se hay perdido tan magnifico poder – Retirándose del lugar junto a su hermano menor – Y otras cosa más – Antes de irse por completo - Díganle a esa princesa que vaya a la base, si va ser nuestra aliada, necesitamos hablar.

Meliodas: Huf, eso fue peligroso – Soltó de repente al verse sin la presencia de os Arcángeles.

Elizabeth: Si Ludociel se entera de la verdad, no dudara en utilizar a Lunala a su conveniencia.

TU FRIO CORAZON (TOMO UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora