El Nuevo Mundo.

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Scott llegó al hangar junto con Ciel. Sin inconvenientes por todo el camino. Lo llevaron a donde se encontraba el grupo. Al llegar se toparon con la masacre que Eryx había hecho. Al menos veinte ángeles estaban destrozados por toda la sala. El rostro pálido de Edorian era muy enfermizo, pero es por un trauma del pasado, ver como la mamá de su amigo eliminaba a los ángeles de forma casi instantánea fue mucho para él.  

La lluvia torrencial que cae sobre la ciudad es completamente anormal. Las calles se inundad. Los edificios colapsan por otros individuos que caen en ellos. 

  —Parece que los dioses se divierten mucho —Ciel mira por el pequeño cristal a un lado de ella. 

En el cielo. El dragón hecho de rayos protege donde se supone que se encuentra Kaly recuperando su fuerza. El dragón oscuro parece estar de su lado, ya que de vez en cuando lanza una especie de llama oscura en dirección opuesta al dragón de rayos. 

Los demás comienzan a subir rápidamente, acomodando a los que se encuentran desmayados.

  —Capitán Scott, sáquenos de este lugar de inmediato —ordenó Eryx.  

La unidad cuenta con una escotilla para hacer uso de el arma que se encuentra en la parte superior. Es ahí por donde Eryx se asoma para poder frenar a todo aquel que se interponga en su camino. 

   —Ahora que estamos aquí... —Ethan tomó la palabra luego de unos minutos en silencio—. ¿Sealtiel?, ¿Alguien la ha visto? 

Amara giró su cabeza a donde la presencia de Ethan se encuentra. 

   —No. Ella intentó llegar a ti cuando la luz comenzó a expandirse, cuando todo terminó ella desapareció junto con las grietas en el cielo —Igret muestra algo de reservación para hablar del tema con Ethan. 

  —Es mejor para ella haber vuelto a casa. Desde un principio no pertenecía con nosotros. Incluso se pudo haber iniciado una guerra entre ambos mundos por el hecho de que ella este aquí —dijo Scott. 

  —Investigamos sobre ella. Es alguien casi inmortal en su mundo y más eso en el nuestro. La séptima Serafín de la destrucción de su mundo, elemento base, fuego y de tres poderosas ayudantes, que reciben el nombre de Estigmas, una sola de ellas podría acabar con una ciudad entera, su poder en conjunto y amplificado por Sealtiel y su arma sagrada... Tu chica si era una bomba —Arthur despertó. 

  —Lo sabía. Ella me lo contó, pero no es de esa forma. Su poder político es muy alto incluso en su parte del reino al que sirve tiene a su disposición guerreros. La última vez que fue me dijo que habló con el primer Serafín de ellos para evita algo como eso, todo bajo el concepto de... un interés fuera de lo común que ella tenía, debió ser importante, ya que no nos invadieron. 

Arthur trató de sentarse bien, pero el agarre de Igret hizo que el se recostara sobre sus piernas. 

  —No deberías de moverte —sugirió ella. 

  —Como sea. Creeré en tu palabra porque de todos en Edén, eres con el que más habla.

  —Eso no es del todo cierto —alegó Amara—. Sé otras cosas que el imbécil de Ethan no, pero son cosas que a ustedes tampoco les importa. 

El tono agresivo que Amara utilizó, sumado a el extraño rostro que puso, fue algo que hizo que todos intuyeran de inmediato de que se trataba.

   —«Sentimientos» —pensaron todos—. «Sobre Ethan, probablemente» —Eso no lo pensó Ethan, los demás lo miran con el rabillo del ojo.

—Lo que haya sido, quizá ya no lo vuelva ver de nuevo —finiquitó Igret. 

Es una pena a ojos de Igret, ya que de su lugar de procedencia, cuando dos personas fuertes se unen, normalmente tienen descendencia fuerte, más que ellos. Con ella es del mismo modo, pero no se siente atraída por Ethan en lo absoluto, su enfoque se encuentra con Arthur, quien ha demostrado puntos fuertes donde a Ethan le erra por mucho. De la misma forma, intuye que Sealtiel se mueve con un pensamiento similar al suyo y que su enfoque se encuentra con Ethan gracias a puntos que ella reconoce como buenos. 

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora