¡El Amor NO Cae del Cielo!

Aceptación Conveniente.

Un rayo azul más grueso que una pierna golpeó a la criatura gigante de ocho ojos en el centro de su cabeza. Ethan rebosa de una energía que se puede ver pocas veces, no todos los portadores del rayo tiene el mismo control sobre su elemento, y Ethan es una de esas muy pocas personas que tienen un control muy elevado, pero no es a como lo ha visto antes Diana.

—No es como antes —dice Diana viendo como su compañero esquiva y ataca a los dos I Znat'.

Vanessa y Ciel miran como el chico no hace ningún esfuerzo aparente.

—¿No hacía eso antes? —pregunta estupefacta Vanessa.

—No, lo he visto pelear antes en la temporada de tormentas, su poder ahora pareciera ser más grande.

Ciel mira con atención al muchacho que ahora extiende sus manos al cielo, segundos después es impactado por un rayo del grosor de su cuerpo. Lejos de herirlo, el rayo se queda pegado a él como un pilar de energía pura que actúa como un escudo más fuerte que al que normalmente tiene.

«Esa cantidad de energía, esta gastando mucha y no hace el daño que debería, él esta prolongando la pelea a placer», deduce Ciel sin apartar la vista de los rápidos movimientos de Ethan.

—No he visto a nadie usar la energía de esa manera, ni siquiera con Laila —confesó Vanessa.

El pronunciar ese nombre hizo que Diana se acordara de la chica con la que Ethan se juntaba mucho hasta hace un par de años. Más que eso, ella era segunda persona más fuerte en Edén, su misteriosa desaparición junto con otros tres chicos fueron la noticia del momento, obviamente nunca fueron encontrados, pues murieron en un lugar que ni siquiera era su lugar de origen.

—Ethan es diferente, es el primogénito del rayo, desciende de una familia que aportó mucho en la guerra contra los ángeles, creo que es normal que él tenga un poder muy grande —defendió Diana.

—Ya lo creo —comentó Ciel—, pero hay algo más en él que estoy notando. Tiene la ayuda de alguien más para lograr hacer eso con su poder.

Las chicas miraron a Ethan sorprendidas, no pueden ver nada de lo que Ciel dijo, porque piensan que es una persona la que lo esta ayudando.

—¿Saben de las armas sagradas que hay en la Tierra? —preguntó Ciel a las chicas.

Un trueno muy potente retumbó en todos los lugares de la tienda, Ethan cada vez más se sume a su poder.

—He escuchado un poco de eso, casi no hay información —dijo Vanessa.

—Hay pocas en la tierra, no necesariamente tienen que ser armas. Son objetos que adquieren la energía divina de su portador, no todos pueden lograr una conexión tan fuerte, de hecho, solo seis personas a lo largo de la historia lo han logrado.

Ethan cae al suelo por el impacto de uno de los tentáculos de la enorme criatura. La lluvia ha comenzado a caer en una pequeña brisa, las nubes se tornaron más oscuras y lo que era una tormenta normal pasó a ser una tormenta eléctrica.

Ethan se pone de pie, en el momento en el que lo hace un relámpago surca los cielos para después hacer un poderoso estruendo hace que la gente dentro de los bunkers se estremezca y se cuestionen lo que sucede afuera.

Sus ojos grises miran con el entrecejo fruncido a los dos I Znat' que tiene delante de él. El viento comienza a mover su cabello oscuro de forma sutil para ir incrementando cada cierto tiempo.

En un momento el chico truena los dedos y del cielo descienden cientos de rayos que impactan a las cercanías de las criaturas que tiene delante de él. La carretera se levanta al impacto de los rayos dejando cráteres que son algo muy superficiales para el terreno.