¡El Amor NO Cae del Cielo!

Acercamiento.

Sealtiel repele lanzas de sangre que Diana arremete contra ella. Las practicas se han extendido a más de tres horas en el campo verde en el que se encuentran.

La espada plateada de Sealtiel rompe la sangre cristalizada con cada choque que se provoca. Sin embargo, los fragmentos de sangre se vuelven a integrar a las lanzas pocos segundos después de que caen.

-Lo haces muy bien para solo llevar unas horas de practica -dice Sealtiel al golpear otra de las lanzas.

-No tengo ni idea de lo que estoy haciendo, pero trataré de mejorarlo.

Diana sabe que la sensación que corre por su cuerpo cambia a la forma en la que ella piensa.

-«Es como controlar los drones de forma manual con el control neuronal... solo que esto es aún más facil que solo pensarlo, aparte de que el tiempo de reacción es como los reflejos de mi cuerpo» -piensa Diana.

Las lanzas comenzaron a moverse más rápido a medida de que Diana piensa en movimientos más erraticos y poco pensados.

-Cada vez más rápido, ¡que impresionante! -Sealtiel partió las lanzas de sangre de un solo movimiento-, pero debes de poder medirte. Esos ataques parecen fuertes, pero solo son rápidos, harán daño, más no matarán a nadie.

Diana miró con simpatía a Sealtiel con esa pose aparentemente relajada.

-Creo que debemos de dejar por el momento las practicas. Ya estuvimos mucho tiempo gastando Ikers, al menos tú. Tus reservas podrían estar por acabarse en unos ataques más. Pero para durar tres horas peleando, es bastante. Ni Ethan creo que dure tanto tiempo en una pelea.

-No sé como explicarlo, pero me siento muy familiarizada con la sangre que estuve utilizando, no sé si se vaya a secar o algo, pero al menos espero que no pierda mi control sobre ella.

Sealtiel miró la energía que emana de Diana. Se ve que ha disminuido mucho.

-«¿Será que la energía que gasta en el control de la sangre depende de la dureza que ella le ponga?».

-Ya no podemos llevarnos la sangre, se rompieron las bolsas en las que venían junto con la mochila. Será una pena dejarla aquí, pero al menos me dejará ver cuanto tiempo dura mi rosal.

Diana creó un rosal y lo endureció tanto como pudo dejando cristales más brillosos y más traslucidos que las lanzas con las que atacaba a Sealtiel.

-Eso es interesante. Ahora vámonos, tengo asuntos que atender con Amara y quizá con alguien que no es de por aquí.

Mientras tanto. Ethan escucha el sonido de llamada detrás de él y al voltear se encuentra con la persona a la que llamaba: Lauren.

-No pensé estarías por aquí -dice Ethan totalmente sorprendido por verla-. Justo te llamaba.

Lauren lo mira sin alguna emoción en su rostro.

-Yo tampoco esperaba verte por aquí cerca, menos hoy. ¿Algún conocido por aquí? -Lauren mira la casa de donde acaba de salir.

Ethan de inmediato se dio cuenta que algo no estaba bien con ella. Su forma de hablar con su forma de mirarlo y la energía que ella emana. Es contrario a como ella es usualmente.

-¿Te ocurre algo? -pregunta Ethan tratando de cambiar el tema-. Te vez algo apagada.

Lauren miró las manos de Ethan. Ella que siempre lo ha observado se dio cuenta que él, sin la intención, estaba acumulando energía en sus manos. Un reflejo involuntario que le dejó su antepasado. Todo con tal de que no este desprevenido de algún ataque como lo ha estado hasta la pelea de Abyssus.