Fin de Una Injusticia.

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Una nueva mañana comienza. La luz del sol entra por la ventana del cuarto de Ethan. Ahora ha cambiado de casa. Se esta quedando en el departamento que tenía con Diana. Ahora ella casi no se la pasa ahí. Comúnmente es la hermana de Ethan y Sealtiel las que duermen ahí.

Sobre el pecho de Ethan se encuentra un brazo de Sealtiel. Tan fino y ligero. Una sensación de familiaridad lo llenan.

Ya ha pasado una semana desde que llegaron a Edén. La forma de vida es la misma, solo que un nuevo enemigo es el que perturba la paz. Incluso volvió a sus respectivas clases. La sorpresa de todos al verlo llegar fue casi motivo para saltarse todo el día de clases, al menos para su círculo de amigos. Incluso la maestra Neferet se acercó a él para saber de su estado.

Hubiera sido un encuentro íntimo, pero la maestra ahora tiene una vida en matrimonio con una nueva integrante.

No tardó mucho en medirse en fuerza contra las sombras. Supusieron dificultad moderada para él a no saber como enfrentarse a ellos de forma adecuada.

—Buenos días —habló Sealtiel. Sostiene una sonrisa que la hace sentir reconfortada.

—¿Recordando viejos hábitos? —preguntó Ethan. No se muestra indiferente como en anteriores ocasiones.

—No solo recordando... también hago nuevos recuerdos —Sealtiel lo abraza con fuerza.

Ethan lleva su mano a la cabeza de la chica empalagosa que lo sujeta de forma afectiva.

—Muy bien... Te dejaré hacerlo, pero no me quisiera acostumbrar mucho a ello.

Sealtiel lo soltó de inmediato. Una mirada fija a los ojos de Ethan hizo que el chico se pusiera nervioso. Actualmente no sabe que tanto poder tiene Sealtiel por lo de las grietas.

—¿Qué tiene de malo que te acostumbres a mi afecto? Dime —Sealtiel se comenzó a enojar rápidamente. Ethan no sabe cómo reaccionar.

—No tiene nada de malo... Es solo que... Quizá hay que romper con los estereotipos de la gente.

Sealtiel sonríe ampliamente.

—¡Buenos días! —Ania entró en el cuarto de los chicos.

Ethan la mira. Sigue sin creer que su hermana haya crecido tanto en apenas unas horas que se fue. Es difícil de ver la nueva apariencia de su hermana. La recordaba como una niña pequeña e inocente, no tan frágil como otras de su edad. Ahora parece una adolescente ruda.

—¿Están listos para salir entrenar un poco? —Ania esta ya vestida para salir a entrenar. De forma militar.

—Bueno, nos levantaremos enseguida —Ethan se quita a Sealtiel de encima.

Ania los mira detenidamente.

—¿Sucede algo? —pregunta Ethan.

—No, nada. Solo que extrañaba un poco todo esto...

Es la primera vez que Ania que se queda en el departamento en la semana. Le toca su descanso mensual de la milicia.

—Ya vamos.

Unas horas después. Ethan se encuentra peleando contra su hermana a las afueras de la ciudad once. Los rayos invaden el campo. La luz de sol los cubre por completo. El sudor los cubre.

Ania desvía el puño de Ethan con facilidad. La diferencia es clara entre los dos a pesar de que ambos tienen entrenamiento, solo que el entrenamiento militar de Ania supera el entrenamiento de Ethan.

Una patada en el pecho tumba a Ethan. Cuando Ania estaba a punto de caer sobre él, Ethan rodó a un lado.

—Ya usen su poder —Sugirió Sealtiel a lo lejos. No son los únicos que se encuentran ahí.

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora