Adoradores. IV Parte, final.

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Cientos de imágenes pasan por la cabeza de un individuo desconocido. Imágenes que solo ocupan una fracción de segundo.

Las grandes guerras que se han logrado a lo largo de la humanidad. Cientos de muertes conocidos y desconocidos por todo el globo. Palabras de personas pasan fugazmente, palabras de odio, ira, miedo, horror, suplicas, pero de entre todas ellas hay una que se repite constantemente, son las únicas palabras dulces que suenan entre el mar de ruido.

"-Siempre estaré a tu lado, no importa lo que hagas, soy tu recipiente y te he aceptado como eres."

La ciudad Uno esta sumida en el caos, feroces vientos destrozan toda la ciudad, la tierra tiembla como casi nunca lo hace, incontrolable energía lo atraviesa todo, los que se encuentran en el lugar lo pueden sentir, un poder como nunca antes lo habían sentido.

-¡¿Qué es esto que siento por mi cuerpo?! -pregunta Ciel viendo como sus manos se cubren de un brillo que jamás han tenido.

Eryx mira en dirección en donde la fuente de energía nace, su hijo se encuentra en esa dirección. Con sus manos cubre el exceso de luz, sin embargo, no pude desviar la vista.

Las grietas en el cielo comienzan a cerrarse, eso es algo que no se había visto jamás desde que salieron por primera vez. El cielo deja ver ese color azul que siempre tuvo.

Las demás ciudades quedan en shock al ver como el cielo se despeja. Todos quedan desconcertados. Solo saben que sea lo que sucede, tiene que ver con lo que esta ocurriendo en la ciudad Uno.

Ethan se encuentra en medio de un flujo de energía que su cuerpo apenas puede soportar. Los rayos suben hasta sus hombros, lo cual casi nunca sucede cuando pelea. Involuntariamente comienzan a salir pequeños rayos de sus ojos.

-«Siento como si mi energía pudiera fluir sin impedimentos, pero se siente muy raro» -piensa Ethan con los ojos cerrados, incluso de esa forma la luz es muy intensa para él.

Una burbuja de color rojo comenzó a rodear toda la ciudad por la superficie y al siguiente segundo... la ciudad entera desapareció de los ojos de Edén y en su lugar quedó una gran planicie llena de todo tipo de vegetación y árboles que jamás habían visto los ciudadanos de Edén, pero eso lo descubrirían horas más tarde, después de que las alarmas de las ciudades dejaran de sonar.

Dentro de la ciudad nada sucedió. Para todos todo seguía sucediendo de forma "normal".

-¿Qué son esas cosas?! -Arthur llamó la atención de todos cuando de la tierra comenzaron a surgir humanoides hechos de lo que parece ser humo.

Algunos se desintegran al contacto con la luz, pero otros siguen de pie como si nada.

-No se sienten como los I Znat' -Comenta Scott.

Eryx los mira, pero tampoco logra saber que es lo que son. Más sabe que tienen intenciones hostiles.

La luz comienza a bajar su intensidad y las extrañas criaturas comienzan a ser más abundantes.

-Siento una fuerza muy distinta a los I Znat', son más fuertes. Diría que son de al menos categoría A Plus a S... No podríamos hacerle frente a todos -concluyó Igret. Su postura no es la correcta por la herida de su pie.

-Definitivamente -Arthur se para a su lado.

La primera sombra saltó en dirección a ellos. Un rayo de parte de Eryx lo impactó. Todos la giraron a ver, ya que se supone que ella no puede usar energía de ninguna forma.

-¡¿Cómo es eso posible?! -En los ojos de Ciel Eryx es la persona más increíble que la rodea. Ahora ella ha visto a su heroína hacer algo imposible.

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora