Va de Dioses y Mortales. II Parte.

4 1 0
                                    

Las nubes oscuras en el cielo indican que una tormenta se avecina, no una normal, si no una tormenta eléctrica. Una que Eryx llamó con su gran poder adquirido.

-Te destruiré por... completo tú maldi... -La chica no pudo terminar su frase, todo por el fuerte impacto de un rayo en su cuerpo.

Las tormentas suelen incrementar el poder de los usuarios del rayo hasta el doble de su fuerza, para Eryx solo le va a incrementar su fuerza normal, que si antes era un dos de diez; con la fuerza de Leily su poder es un ocho de diez, pero con ayuda de la tormenta puede alcanzar el nueve de diez, que es casi el poder de un dios.

-No tengo nada en tu contra, seguro que tú tampoco tienes nada en contra de las personas normales -Eryx trata de llegar a un pacto de no agresión con la chica-. ¿Qué es lo que quieres en este lugar? ¿Por qué llegaste a este lugar?

Void se levantó del suelo y miró a Eryx con semblante neutro.

-Liberar a Kaly... Nuestra señora esta... en algún punto de... este lugar o... eso es lo... que creemos nosotros... -La chica respira de forma lenta, pero profunda, trata de recuperar el aliento sin alarmar a la mujer delante de ella-. No todo el... tiempo podemos entrar... al gran sello... que la tiene... encerrada, ni Ciel... sabe donde se... encuentra, pero nosotros... tenemos una pista.

Eryx tranquiliza los nervios que siente, su cuerpo cada vez se pone más pesado.

-¿De que se trata esa pista? Te puedo ayudar si me prometes no causar problemas.

Eryx mira como la punta de sus dedos se tornan de color morado. Algo anda muy mal en su cuerpo.

-No es algo... que los humanos... puedan entender...

La chica mira como Eryx se encuentra en decadencia.

-Estas matando a... tu recipiente, Leily... Voy a ganar.

Viento comenzó a levantar grandes cantidades de arena y la chica desapareció entre ellas.

El gran dragón comenzó su vuelo de vuelta. El humo de color oscuro que exhala provoca que todo lo que envuelvan sea destruido en segundos.

Eryx sabe que no puede permitir que la destrucción continúe, debe de detenerla antes de que descubra los bunkers bajo tierra.

-Yo te apoyo en lo que sea que estés pensando planeando. Después de todo, si tú mueres yo me devuelvo al lugar de donde me sacaste.

La mujer solo sonrió ante las palabras de su ausente compañera.

-«Espero que no pierda alguna parte de mi cuerpo al hacer esto» -pensó Eryx.

El colosal dragón se levanta por encima de los edificios para continuar su ataque a otras áreas de Edén.

Pero antes de siquiera girar su enorme cuerpo a otro lado, la furia del cielo se dejó caer sobre todo su cuerpo, lo que provocó que comenzara a caer lejos del lugar donde cayó.

Eryx cayo cerca de la bestia.

-¡Sabes que te tengo que detener! -Eryx tiene los brazos envueltos en rayos y el cielo de igual forma es surcado por enormes líneas de color azul.

No recibe respuesta alguna de la criatura. Solo se empieza a levantar para emprender vuelo de nuevo.

Más rayos del cielo la impactan sin la necesidad de que Eryx haga algún gesto o diga palabra alguna. La gruesa piel del dragón por fin es penetrada por los rayos.

Un chillido se puede oír a kilómetros, incluso los vidrios de edificios cercanos son reventados por los sonoros lamentos de la criatura.

Sin embargo, la criatura no cede ante los devastadores ataques de la mujer delante de ella. Pilares de Eco Oscuro se elevan de por debajo del suelo hacia el cielo oscuro que las cubre.

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora