Adoradores. I Parte.

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Cinco minutos antes.

«Nada de esto es bueno. No detecto absolutamente nada más adelante. Lo que si detecto es una extraña fuerza... como si se tratara de ocultar», pensó Sealtiel al seguir caminando con los diez integrantes de su unidad. 

—Sigamos adelante, la tormenta podría desatarse de este lado también —informó el oficial a cargo de la unidad de Devastación. 

«Esta mintiendo, él sabe a donde vamos o que buscamos. Por la energía que esta liberando me doy cuenta que se ha puesto nervioso, ¿tendrá algo que ver la presencia que siento?», Sealtiel miró hacia atrás, donde se encuentra la unidad de Ethan, pero no voltea porque él este ahí, sino más bien porque de ese lugar viene la extraña energía que siente.

La nieve bajo sus pies pasó a ser lisa, un lago congelado.

—No creo que la unidad de Avanzada haya pasado por este lugar. Intentaré comunicarme con ellos. 

El oficial comenzó a llamar a su compañero a través de los radios que tenían el mando de una unidad. 

—Aquí Álvaro. Parece que ha comenzado, no bajen la guardia. Podría aparecer en cualquier momento. 

Se suponía que ese mensaje solo lo debían de escuchar los oficiales a cargo de las unidades, pero el buen oído de Sealtiel logró captar el mensaje que se habían pasado. «¿Qué se supone que debe de aparecer?», Sealtiel sintió un pequeño escalofrió recorrer su espalda. «Se siente tan familiar esta sensación... ¡Es!», el pensamiento de la chica se vio interrumpido cuando una explosión blanca por la nieve mandó a volar al oficial a cargo de la unidad.

—¡TODOS, ALERTA! —gritó  otro de los oficiales, son cuatro por unidad. Ahora solo quedan tres. 

El oficial a cargo cayó del cielo con cuatro estacas de hielo perforando su pecho y tiñendo la blanca nieve de un intenso rojo.

—Yo me encargo de la cosa que lo haya matado —dijo Sealtiel adelantándose a todos los de la unidad. 

Un lagarto de color blanco y ojos rojos se levantó del lago, de su cola salen los picos de hielo responsables de la muerte del oficial a cargo. 

—No eres nada para mí —afirmó Sealtiel sacando su espada de la nada. 

Una segunda bestia apareció de una grieta que salió solo por ese momento. Este es de una apariencia un poco más horrorosa, su cabeza es el puro hueso y en sus ojos solo sale un destello de color. Una flama de color azul salió disparada contra los miembros restantes de la unidad. 

«¡Una flama de color azul solo se da cuando la presencia de un Dios es cercana!», Sealtiel miró a todos lados. «¡No! Ellos ya notaran la presencia de un Dios, ya estuvieran llorando sangre o algo como eso», Sealtiel blandió la espada en contra de la bestia de cabeza de calavera, los demás se enfrentan a el lagarto albino. El filo de aire fue congelado y la explosión de fuego que esta genera también se congeló.

—¡Son de rango "SSS Plus"! ¡VAMOS A MORIR! —gritó uno de los chicos de la unidad. 

Una estructura impresionante de picos de hielo atravesó a la bestia de cabeza de hueso. 

«Incluso hay personas que pueden superar a Ethan por poco, si el pudiera controlar su poder... no sé porqué no lo puede controlar del todo», pensaba Sealtiel al esquivar una bola de fuego azul. 

Si algo puede salir mal, puede salir peor. Fue justo lo que muchos pensaron cuando Dos criaturas más salieron de la nada para destruir la prisión de hielo donde estaba el lagarto de cabeza de hueso. Una especie de lagarto de tres metros de piel café alcanzó a darle un coletazo a uno de los chicos, la fuerza fue tal que le arrancó la mitad del cuerpo a un joven moreno. 

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora