El Mundo Después de la Guerra.

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Ethan se encuentra en el parque en el que frecuenta a su amigo Edorian. El chico le ha informado a Ethan que ha conseguido un libro que le puede interesar bastante, es especial con la misión de exploración a la que va a ir. Mientras tanto, Sealtiel se prepara en casa de Ethan para asistir a la cena a la que su abuelo la a invitado.

-Pensé que ibas a tardar más en llegar, pero tratándose de ti... supongo que era de esperarse que te interesara mucho lo que he encontrado ahora.

El chico de cabello negro llegó con una bolsa blanca algo transparente en su mano izquierda.

-Ya sabes como funciona -respondió Ethan. Se encuentra sentado en uno de los columpios del lugar.

-Lo sé, no me gusta mucho la idea de que busques ideas para crear tus propias técnicas.

Las personas tienen un limite para pasar energía de la tierra por sus cuerpos, una vez llegando a ese limite ya no pueden manifestar la energía, en caso de que lo pudieran hacer, parte de su vida se iba a ir en todos los ataques que lance. Hay casos en los que el limite de una persona se hace más grande, no ocurre a menudo y no es el caso de Ethan en lo absoluto.

-Es peligroso. De eso no hay duda alguna, pero alcancé a crear la técnica de rayo más poderosa sin necesidad de entrar en el modo Cazador Rayo.

El limite de una persona se mide en algo llamado Ike's, y una persona promedio tiene una capacidad de doscientos Ike's. Con esa cantidad de energía, una persona puede estar al menos tres horas manteniendo el sello con el que marcan a los I Znat', claramente el tiempo se ve reducido con la cantidad de ataques y la potencia de los mismos, pero ninguno pasa más allá de los doce Ike's, excepto por la mejor técnica de Ethan, que usa la exagerada cantidad de veinticinco Ike's, cuando sus demás técnicas gastan ocho.

-Lo hiciste, y por poco te explota en la cara cuando la practicaste la primera vez -el chico de cabello oscuro le pasó la bolsa a Ethan.

-Eso es verdad. No me arrepiento de ello... y de todos modos no funcionó cuando debería.

Ethan bajó la cabeza lamentándose no haber perfeccionado la técnica ese trágico día. En ese entonces su técnica solo llegaba a los dieciocho Ike's en en el estado Cazador Rayo. Ahora la técnica podría llegar a los treinta y cinco. Sin mencionar que Ethan tiene una capacidad de trecientos setenta y dos Ike's.

-No te lamente eso, ya no lo hagas, no vuelvas a repetir esas imágenes en tu cabeza. Sufren cada que lo haces, cada que te sientes débil -el chico se sentó en el columpio desocupado al lado de Ethan.

-¡Soy débil! -balbuceó Ethan lleno de impotencia-. No pude ni con una bestia de rango SS. ¿Cómo espero enfrentarme a un Dios?

-¡Dios! Estas exagerando demasiado -Edorian quería negar la confesión de su amigo. El pensar eso es algo descabellado en un mundo donde se supone que Dios no existe, y no lo hay.

-No lo comprenderías ahora. Es algo que me ha dicho la ángel que vive en mi casa.

Edorian palmeó la espalda del joven a su lado. Unas palmadas para reconfortar a su compañero que alguna vez consideró que sería el más fuerte, cosa que sigue creyendo, y lo quiere ayudar con eso, para que de nuevo tenga la confianza que antes solía tener.

-Mira el cielo -ambos chicos miraron al cielo casi nocturno por las nubes oscuras y la hora a la que se encontraban-. Te vuelves más fuerte con las tormentas. Ahora imagina que entras en el estado Cazador Rayo, hay una tormenta y usas tu mejor carta.

Ambos chicos imaginaron una técnica tan poderosa que casi rondaría los cuarenta Ike's.

-Sería genial poder invocar una tormenta cada vez que quiera para aumentar mi fuerza y posiblemente aumentar mi nivel de tolerancia -fantaseó Ethan.

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora