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En el centro de la ciudad Uno. Una figura contempla todo el panorama de destrucción que pueden ocasionar los dioses.

Su mirada azul mira como si estuviera juzgando todo aquello que se ha causado a manos de sus compañeros y opositores.

-¿Tiene alguna incomodidad? -pregunta Ciel. Sus palabras siguen siendo tan frías como siempre, incluso con la deidad a la que estima.

-SÍ. No puedo hacer nada para remediarlo -Las palabras de la mujer tampoco son del todo cálidas, ya ha pasado por muchos problemas gracias a los humanos-. Solo puedo ofrecer la ayuda de estar presente en lo que los demás pelean por mí.

-¿Quiere ir al campo de batalla? -pregunta Ciel con cierta extrañeza.

-Quiero, pero en cuanto lo haga todos los que me odian irán contra mí.

Se quedaron en silencio por poco tiempo. Ya que llegó alguien a interrumpirlas.

-Su divinidad -el sujeto se inclinó al llegar con ella-. Tengo noticias del exterior.

Ciel le hizo un gesto para que continuara con su desarrollo.

-Erendira está causando una masacre con los humanos en el asentamiento humano número cuatro: Edén. Ciudad: Siete. Todo el territorio ha sido destruido por completo. Se enfrentan a las criaturas de Eco Oscuro. Los humanos no saben cómo lidiar con ellos.

-¿Acciones que han tomado? -pregunta Ciel en lugar de Kaly.

-Se han mandado semi-Dioses, dioses y Elegidos. Pero los que se oponen a usted han comenzado a darle apoyo a ella. El asentamiento humano se encuentra muy vulnerable. Quizá dejen de existir en menos de un año fuera de aquí.

-Quince minutos para nosotros aquí dentro -explicó Kaly-. Quisiera dejarlos morir... pero eso solo resultaría en que más de mis seguidores terminen por dejarme.

-¿Planea salir a ayudarlos? -Pregunta Ciel.

-Me gustaría darle su merecido a Erendira... pero eso de mi parte no estaría bien. He perdido contra ella antes-

-Ella recibió ayuda de ese chico... Ahora sería distinto. Podría ganar.

-Esta pelea les pertenece a los humanos. Ellos deben de poder superar estas cosas, si no, no podrán hacerle frente a lo que vendrá a continuación. No debo dejar que sean débiles. Ya son más fuertes que hace veinte mil años, si estuviera pasando esto en esos tiempos, hubieran muerto todos sin saber siquiera quienes somos.

-¿Qué debemos de hacer entonces? -pregunta el sujeto que llegó.

-Lo que siempre hacemos -afirmó Ciel.

-Correcto, veremos como se las ingenian, pueda que incluso les apoyemos un poco. Pero será todo. Pongámonos en marcha.

El grupo de dioses comenzó a desplazarse a la salida de la ciudad uno, total que ya han controlado ese territorio.

-¿Siente algo diferente? -pregunta Sealtiel a Eryx. Tratan de llevar a cabo el plan que idearon hace un día sobre el efecto de Sealtiel en las personas.

-Nada fuera de lo normal... ¿Deberé de gastar algo de energía para sentir algo?

Las dos mujeres asintieron se miraron un momento y supieron lo que tenían que hacer. Se encuentran en el departamento de Diana. Subieron hasta lo más alto del edificio y ya estando ahí se dispusieron a gastar un poco de energía.

-Será algo sencillo -advierte Eryx.

-Trata de no matar a nadie -aconseja Sealtiel.

Los ojos de Eryx se pusieron de color gris y los rayos comenzaron a rodear su cuerpo.

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora