Presentimiento.

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Sealtiel mira la forma en la que Ethan duerme plácidamente en la cama. Hace un día, la chica fue correspondida por el joven al que observa con cariño.

No lo puede creer. Tuvo que viajar por el espacio tiempo para poder encontrar a esa persona especial para ella. Su corazón principal palpita con mucha fuerza, quiere abrazar al chico con toda la fuerza que dispone.

—¿Cuál será el siguiente paso para nosotros si ya eres mío? —Sealtiel se recuesta a un lado del chico sin esperar más.

Mientras tanto. En otra de las habitaciones de la casa, la señora Eryx mira el techo de su cuarto. No puede conciliar el sueño, la unión de su hijo con la chica que ella considera perfecta por fin se ha dado.

—Si tan solo lo pudieras ver ahora, me dirías que tuve razón todo este tiempo.

Las palabras que pronunció son dirigidas a su difunto esposo.

—Estaba pensando... —habla Leily con un tono muy suave—. Eres la persona más poderosa que conozco, no es poca cosa, ya que he vivido por miles de años, me ha tocado ver como nacen y mueren personas con un gran potencial en ellos, pero ninguno a tu nivel.

—Te has puesto rara —afirma la mujer.

—Para nada. Lo que quiero decir es que, todavía sigues creciendo, tu poder aumenta en cada cosa que hace bien cualquiera de tus hijos y las consecuencias son casi inexistentes. Derrotaste a un dios sin mucho esfuerzo, venciste a tres individuos que son la representación misma de la energía que manejan todas las personas de esta ciudad. ¿Alguna vez te has puesto a pensar que será un desperdicio cuando fallezcas? —Si Leily estuviera físicamente presente, ella probablemente estaría acostada a un lado de Eryx con las manos detrás de su cabeza.

—No lo he pensado, tengo cuarenta y ocho años y según las cosas, voy a vivir hasta los siento treinta años.

—Sabes, el mundo de ahora es un desastre. Cuando yo aún caminaba por la tierra, lo máximo que vivían los humanos era a cien años y antes de eso vivían solo ochenta años, y antes de eso, menos y así sucesivamente. Me fascina como la humanidad ha evolucionado, no me equivocaría si digo que amo a los humanos, provengo de ellos y por eso mismo decidí ser lo que soy ahora, un nivel de ascensión más allá de lo que muchas personas pueden escoger.

—¿Yo podría ser como lo eres tú? —pregunta Eryx sin expectativa alguna, solo una pregunta.

—Podrías, pero ¿realmente quieres ver como la humanidad es aplastada en cada descuido que llega a tener? Querer ayudar es un acto noble que no vale de nada si no puedes hacer nada. Cuando nadie nos elige, podemos ver lo que ocurre en la tierra, pero solo eso. Es muy decepcionante algunas veces, preferirías no haber escogido ser esto.

—Creo que nunca te lo había preguntado, pero ¿para que son las condiciones que ponen para conseguir "x" cosa? ¿Qué fin tiene?

—Buena pregunta, pues eso nos hace sentir vivos, de alguna manera, nuestros deseos añoran aquello de lo que carecimos en vida...

Eryx se sintió un poco mal por escuchar esas palabras, ya que Leily busca felicidad a cambio de poder, ¿qué tan desgraciada tuvo que ser su vida para añorar algo de felicidad?

—¿Te sientes feliz de que yo sea quien te escogiera? —pregunta Eryx.

—¿Sabes? No creo que exista otra persona más adecuada para mí que no seas tú.

Nuevamente, si Leily estuviera físicamente en la cama con Eryx, ella le estaría sonriendo en estos momentos.

—¿Puedo preguntar más cosas sobre ti? —indaga Eryx.

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora