Día a Día Desvalanceado.

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Los chicos vieron de primera mano como la grieta de media noche rechazaba a Sealtiel de forma agresiva. A pesar de que ella no mostrace sus alas y halo podía elevarse hasta la grieta sin dificultal alguna. Cuantro días desde entonces y Sealtiel se había quedado a dormir en el departamento que resultó ser de Diana. De esos cuatro días solo el día en que Sealtiel llegó estuvo Ethan y pasó la noche ahí, al día siguiente estuvo hasta el medio día y luego se fue a su trabajo de medio tiempo, ya para en la noche no llegó, y con los dos días medios restantes Sealtiel vio como Diana se encerraba con poca ropa puesta encima en el cuarto oscuro, por lo que la joven peliplateado gritaba y decia se dio cuenta que se trataba de que hablaba con Ethan.

Casi no cruzaban palabras más que a las horas de comer y cuando la curiosidad invadia a Sealtiel y hacia una que otra pregunta ocasional, pregunta que era contestada de forma cortante por parte de Diana. Al parecer esa forma de respuesta no la hacia enojar, pues los seres divinos tampoco conocen mucho de los humanos, en esta situación los seres divinos conocen más de los humanos, ya que han visto sus ciudades y los humanos solo los ven a ellos cuando caen.

Es una pascifica tarde de domingo. Diana mira su celular en la sala lujosa de su departamento, parece estar mandando mensajes a un numero incierto de personas o quizá solo esta jugando algún juego adictivo en su celular. La televisión esta encendida en el canal de noticias y Sealtiel mira de forma atenta todo lo que dicen, no parece aburrirse por ello, pero el motivo por el cual esta en un noticiero es por el echo de que anuncian la actividad de todas las fisuras que hay en el cielo, alguna de ellas va a terminar convirtiendose en una grieta.

En el mundo hay solo un cierto numero de personas que pueden utilizar energía que nace de la tierra, solo se han registrado al rededor de nueve mil personas, tampoco es que el mundo sea completamente habitable. En la primer gran grieta que se formó hace cuatrocientos años la energía que salió de la grita lo destruyó casi todo y volvió esas zonas inhabitables dejando solo parte del país Ruso con la posibilidad de albergar vida y desarrollarla, en el resto del mundo hay pequeños lugares donde eso es posible pero el terreno es muy reducido, del tamaño de una pequeña casa. Con la cantidad de cien millones de habitantes y más de cuatro cientos millones de fisuras por todo el cielo ruso habitable la cantidad de nueve mil cazadores debe de bastar para frenar a las bestias que salen de las grietas.

Los ojos de Diana se toparon con el informe de que una fisura ya había alcanzado los dos metros de grosor y seis metros de largo, es claro que de ahí va a salir algo.

Rápidamente se levantó del sofá y al caminar de forma apresurada se fue quitando prendas. Primero su pantalón azul oscuro de mezclilla, después la bata blanca que suele tener puesta, seguido la camisa blanca para finalmente quedar en sostén y en pantaletas ambas de color negro. Sealtiel siempre se ha preguntado por qué hace eso cada vez que se mete en ese lugar, y las veces que se ha quedado sola en la casa no se atreve a entrar ahí, no es por otra cosa más que por respeto hacia un mandamiento especial. No lo pregunta tampoco por creer que eso va a poner las cosas un poco tensas entre su poca comunicación.

-Et. Hay una en la zona veinte, la que se encuentra encima de la tienda de pasteles a la que fuimos la semana pasada -informa Diana mirando la pantalla enfrente de ella. Sus ojos se sumen en la información que hay frente a ella.

En otro lugar de la ciudad se encuentra el joven de cabello negro en un salón de clases prestando atención media a lo que dice la maestra gracias a Diana. El trato especial que tienen las personas como Ethan son más que buenas, incluyen descuentos en algunas tiendas dependiendo el nivel que tengan. Otra es el de poder dejar de hacer lo que sea que estén llevando acabo para atender una emergencia.

-Entiendo. Voy en camino, si llego antes podré marcarlo como mío antes de que llegue la competencia.

Ethan se levantó de su asiento y enseñó la pantalla de su celular en un tono de color verde. La maestra suspiró de manera pesada y con la cabeza le indicó que podía salir del salón.

¡El Amor NO Cae del Cielo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora